EL CACHIPORRAZO
EL CACHIPORRAZO ES UNA REVISTA, UN ESPACIO PARA LEER TITIRITEROS REFLEXIONANDO, UN LUGAR PARA CONTARNOS , PARA VERNOS , PARA INTERCAMBIAR Y COMPRENDER ESAS COSAS QUE MUCHAS VECES CONTAMOS ASOMBRADOS Y QUE PARA SORPRESA NUESTRA AL OTRO TAMBIEN LE PASAN. ESO ES EL CACHIPORRAZO , UN ESPACIO PARA LEER TITIRITEROS REFLEXIONANDO , CRECIENDO.


A TODOS LOS AUTORES MIS ReSPETOS Y LA PAZ SEA CON USTEDES
EL MANU


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''Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que, precisamente, por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas''

María Zambrano

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Claudia Massotto Franco / ¡Señoras y señores, con ustedes... los Títeres!
El títere cumple una función muy importante en la educación, no sólo de los más pequeños, sino del adolescente y del adulto también.

Interactúa en la educación por medio del juego, que generalmente es perdido por el adolescente y adulto; uno por prejuicio de "infantilismo y el otro por las exigencias y rigores de la vida. Pero si lo reavivamos por medio de un títere podemos encontrar una excelente manera de volvernos más espontáneos y creativos.

Pero el Títere no solamente es captado por el campo educacional, sino terapéutico e institucional, entre otros. El Títere puede actuar adecuadamente en la resolución de conflictos emocionales. El Títere es símbolo, símbolo de esos seres sin conciencia propia que ceden a todos los impulsos exteriores.

El títere reduce la distancia emocional, recorta el tiempo que se tarda en alcanzar las metas. Los sentimientos deben salir de una manera u otra, y los títeres aportan el vehículo perfecto de expresión.

Llega tan rápido como la voz que sale de una persona a través de la boca del títere o tan pronto como entendemos el lenguaje corporal expresado por el manipulador del títere, y entonces capacita a la persona boquiabierta a hablar.

Pero sobre todo expresa lo que nadie se atreve a decir sin máscara, y esta es la clave de las resoluciones de conflictos, el poder comunicarse directamente, sin rodeos frente a un problema.

En esta última década el Títere ha cambiado su imagen, y hoy en día ha llegado a ser modelo para grandes y niños (E.T., Alf, títeres políticos, etc. ) y su imagen permite decir cosas que en un actor pueden resultar más difíciles.

Nos distiende, nos anima y nos conmueve.
Por eso, cuando un profesional titiritero da vida a un títere y sabe el alcance de su tarea, se convierte en un aliado de su auditórium, tanto sea en un teatro, televisión o una clase, ya que puede cambiar el ánimo de un clima formal a uno más distendido y lograr objetivos más auténticos y rápidos, que sólo se logran cuando las personas se sienten a gusto.

El uso del Títere nos ayuda a buscar otras alternativas de comunicación. Tal vez no pensada comúnmente, pero encontrando un buen profesional titiritero que nos ayude, podemos saber el alcance de este arte que está alcanzando, probablemente, un protagonismo inesperado.
¡Señoras y señores, con ustedes... los Títeres!

Claudia Massotto Franco / Arte Fusión Títeres / España




Paolo Iorio / Empezar
Empezar. Muchas veces no sabemos desde donde pero la casualidad es que al momento me encuentro en Nebaj (Municipio del Guatemala, uno de los más afectados durante el conflicto armado) realizando un taller con un grupo de maestros; si Nebaj realizando un taller después de 6 años del primero que di exactamente en esta misma área. Hoy como entonces cada taller cada presentación es en gran ejercicio para los titiriteros en Guatemala de improvisación.
Sobre todo en el “interior” del País aun cuesta reconocer nuestro trabajo así que es fácil encontrarse con situaciones que están afuera de toda reglas; un último ejemplo el taller de esta mañana, llego listo con mi maletín rojo lleno de materiales, sueños, ideas y un programa, pues no hay nadie esperándome y el lugar asignados es un centro aun en construcción. Los únicos elementos a disposición que tenemos son sillas, no hay agua no hay luz ni mesas. Llegan los participantes, el encargado y nadie lleva lo único que tenían que llevar una botella de plástico. Pues que el taller empiece igual: ¡olvidamos el programa original y vamos a trabajar! Al final todo se arregla, pues no es esta la esencia, preparar, correr, cargar y luego observar, inventar y hacer soñar.
Son más de 6 años que trabajo junto a mi compañera Teca(ella lleva más de 10, una de mis maestras), fundamos la Asociación de títeres Chúmbala Cachúmbala en Guatemala. Empezamos recorriendo las escuelas de este hermoso país armados de retablo y títeres, luego a capacitar jóvenes, maestros y educadores, sabíamos que el proceso para que se reconocieran los títeres como un trabajo era largo y aun lo estamos empezando, sería estúpido decir que ya hemos llegado. No solo con cuatro festivales internacionales (TITIRITLAN), centenares de presentaciones y talleres podíamos pensar que hubiéramos llegado al objetivo y por eso mismo en el día a día buscamos seguir para acercarnos al sueño de ver una Guatemala llena de títeres, sonrisas y sueños. Cada vez no falta alguien que nos pregunte que trabajo hacemos, y la respuesta natural es “Somos titiriteros”, pero no se puede terminar la conversación así y nos dicen pero de que trabajan? “pues de titiriteros”, no cabe en la cabeza de alguien que nosotros podemos vivir a través de los títeres. Sé que esto no pasa solamente aquí en Guatemala si no en muchos otros países, y esto es para demostrar que no estamos tan lejos como parezca sino que todos estamos legados unos a otras a través de los cuentos, de los títeres, de los colores, de la músicas y del amor para este hermoso arte. Todos y todas, titiriteros y titiriteras tan lejos y tan cerca.

PAOLO IORIO / COMPAÑIA CHUMBALA CACHUMBA / GUATEMALA

Hernan J.Cosme / ?¿Como fue que me encontre con los titeres?
Como fue que me encontré con los Títeres? O me encontraron? creo q fue un amor a primera vista. La primera vez que me puse un Títere sentí algo muy fuerte, increíble, el poder animar y dar vida, a un muñeco, poder jugar, poner en función dramática al famoso objeto, definición que conocería muchos años después, ya que al comienzo fue como sentir una especie de
“ magia”…Luego, a medida que fui aprendiendo, y conociendo, fui descubriendo la potencialidad que tiene este lenguaje, y sus posibilidades expresivas. (espero alguna vez haber aplicado esa potencialidad o haber puesto en práctica esas posibilidades). Todavía sigo buscando y tratando de aprender.

Un día conversando con Pedro, mi hijo, que tiene 8 años, descubrí que nunca había visto títeres de niño, al menos no lo recuerdo, y quizá esa, haya sido una de las razones, que me llevaron por este camino.
Ese amor… y esa necesidad de expresión, y el observar aquel niño que fuí, inconcientemente o no, debe haber definido, e influenciado para seguir este viaje…de ida. Lo que sí recuerdo de mi infancia, es una rara sensación de silencio, de algo muy oscuro que de hecho estaba sucediendo en el país, y la tristeza por la separación de mis viejos se mezcla con esa época de terror, de una niñez que transcurrió durante toda la dictadura militar. En blanco y negro. Todavía recuerdo el olor del barrio de la casa de mis Abuelos, en Mataderos, donde pasé gran parte de ese tiempo, que también fue feliz, porque también jugué, tuve amigos, tuve plaza, calle, pelota, bicicleta, travesuras, amores infantiles...

Después de ese primer contacto con los Títeres, que fue fugaz- sólo hice algunas fiestas y trabajos en jardines de infantes, y la primer temporada de verano en la costa, en el año 89, me fui a vivir a Rosario y con tan sólo 20 años tuve a mi primer hija: Bahía.
A partir de ahí hice de todo para vivir y sobrevivir, en aquellos agitados tiempos, de hiperinflación, de saqueos. Más tarde llegarían los 90, y un neoliberalismo devastador, que culminaría en la explosión social del 2001. No puedo evitar citar el contexto de lo que se vivía en el País, desde muy chico me interesó la realidad y lo político y bien purrete ya fui delegado y dirigente del centro de estudiantes secundario.

Entre otras cosas, fui vendedor, trabajé en un taller de serigrafía, hice videos infantiles en jardines de infantes y sociales, arreglé computadoras, animé cumpleaños, trabajé en el campo, en la construcción, hasta que por el 95 viviendo en las sierras de Córdoba, al poco tiempo de haber tenido a mi segunda hija, Flor, me reencuentro nuevamente con los Títeres. Ellos despertarán otra vez esa pasión, y con una obra inspirada en un fragmento del cuento fantástico Momo de Michel Ende, que se llamó “El espejo Mágico”, empiezo otra vez a transitar por este camino, que en aquellos años, a veces, gracias a algunas funciones, también ayudaban con algunos pesos en esos largos inviernos serranos.

Tiempo después, a través de una hermosa persona llamada Albaluz, una Maestra rural retirada que vivía en la montaña, con quien me volví a encontrar este verano, llega a mí la Antología de Javier Villafañe y empiezo a trabajar sobre sus cuentos, poemas y obras: Pedro Urdemales y el Árbol de la Fortuna, El Pícaro Burlado, El Vendedor de Globos , El panadero y el diablo, Juan y María, Don Juan el Zorro, fueron algunas de las que monté y que me llevaron por el camino de Titiritero Solista.
Así, luego de haber hecho una temporada de verano en Mina Clavero comencé a viajar por los pueblitos de Traslasierra, del Valle de Punilla, el Valle del Conlara y Concarán en la Provincia de San Luis…Al principio, todo costaba el doble, las primeras funciones sin sonido, desplazarse, quedar varado en alguna ruta o en algún pueblo, el frío…así recorrí escuelitas rurales, escuelas hogares, municipios, fiestas patronales, la paga, a veces eran sólo algunas monedas, pero la experiencia era increíble. Viajé a dedo, en micro, en camión y a bordo de mí Siam Di Tella modelo 61 que me llevaba despacio pero seguro.

A fines del 97 regreso a Buenos Aires después de casi 5 años. Curso el Taller de Actor Titiritero en la Escuela de Títeres de Avellaneda, de dos años de duración, un lugar mágico creado, y dirigido por el Maestro, Abogado, Poeta, y Marionetista, Elvio Toto Villarroel, un ser hermoso. Allí conocí gente hermosa que hoy sigue en este camino. El Toto nos enseño que la creación surge a partir del juego, y de la experimentación, él me enseñó a creer y a defender esta profesión.

En el 98 junto a Celeste creamos El Ñake, nos formamos como grupo independiente y comenzamos a desarrollar profesionalmente nuestro trabajo, que comienza, en el contacto directo que da la calle trabajando en casi todas las Plazas y los Parques de Buenos Aires, viajando al interior, haciendo en la Costa Atlántica sucesivas temporadas de verano, en Centros Culturales, y luego en Escuelas, y en Teatros, siendo más tarde invitados a Festivales, y a Encuentros, Provinciales y Nacionales.

En el 2000 soy convocado para integrar el elenco de los Títeres de la Comedia, dependiente del hoy Instituto Cultural de la Provincia. El proyecto llega a realizar sólo una puesta durante algunos meses, El Retablillo de Don Cristóbal, de Federico García Lorca, dirigida por Eva Halac.

Como trabajo final del primer año, en la Escuela de Títeres de Avellaneda presento “Ser o no Ser”, una de las obras que componen La República del Caballo Muerto, del Maestro Roberto Espina. Al año siguiente presento, al egresar, junto a otros compañeros, una versión del “Fausto”, rara y muy libre que combinaba el texto de Goethe, con una adaptación que hizo Villafañe.

A partir de ese momento comienzo después de mucho tiempo, a poder vivir de esta profesión, con sus altibajos, trabajando en forma privada, en fiestas, escuelas, centros culturales, calles, plazas, espacios no convencionales, Ongs, para el estado, en comedores, hogares de día, cárceles, hospitales, barrios carenciados, teatros, recorrí cada rincón de la región del conurbano donde estoy radicado desde hace más de diez años y agradezco el poder viajar y conocer diferentes realidades y problemáticas porque esto le da un enorme significado a este trabajo, que me ha brindado tanta alegría, y que ha generado a veces tanta angustia y dolor, casi, como la vida misma.

Hoy continúo buscando y creando, con las dificultades que presenta vivir de esta profesión en un país donde todavía la Cultura y las Artes no tienen el lugar que se merecen. Como tantas otras cosas no saldadas. Asumo el compromiso de tratar de transmitir, de llevar con los Títeres, esperanza, alegría y valores, y poder expresar y contar lo que nos pasa, y humildemente, seguir aprendiendo. El compromiso es también generar espacios de reflexión y pensamiento, con la intención de llegar, a los lugares más necesitados.

Por ese motivo, con mucha pasión, compré una pequeña casita rodante para poder girar y llegar a los lugares más alejados de los ámbitos teatrales, siguiendo los caminos de Javier Villafañe, Elvio "Toto" Villarroel, Hector Alvarez D'abormida, Otto Freitas, los hermanos Di Mauro y tantos Maestros que nos precedieron.

Agradezco profundamente, haberme encontrado con este oficio, haber conocido tanta gente valiosa, poder vivir de este trabajo,y seguir en este camino con la mayor honestidad y pasión, creciendo y creyendo en la buena voluntad, en la tierra y en la buena gente, porque desde este lugar podemos hacer nuestro aporte para tratar de vivir todos los días un poco mejor. Gracias.



















HERNAN J.COSMA / COMPAÑIA EL ÑAKE / ARGENTINA


Titeres y Magia / Rodolfo De leon

La característica del teatro de títeres radica justamente en el hecho de que utiliza el “truco” con el cual una cosa sin vida, una figura o una estatua, revive y así de algo común hace un milagro.
Uros Trefalt.

El oficio de titiritero como muchos otros trabajos nos dan la oportunidad de conocer a colegas de diferentes países, hecho mágico que reúne afinidades, pasiones, aciertos y diferencias. Estas últimas son generadoras de conocimiento a través de conversaciones dialécticas y de tertulias por demás invaluables. Recuerdo en estos momentos la suerte que hemos tenido con mi compañera de haber conversado muchísimas horas con titiriteros de otras tierras, quienes nos han abierto su corazón, su casa y sus bibliotecas. Agradeciendo mucho la cantidad de información que hemos recibido por parte de ellos para la profesionalización de nuestros espectáculos, con los cuales vamos balbuceando nuestros primeros años detrás del retablo.
Pero lo que en realidad me motiva en esta oportunidad a escribir estas líneas, es la repetición de un tema que hemos tocado con cierta frecuencia en las tertulias titiriteras, “la magia” (en el sentido menos místico de la palabra), y su relación con el mundo de los títeres, tomando en cuenta que en la antigüedad quienes hacían títeres de sombra con sus manos eran precisamente los magos. En la actualidad en las más prestigiosas tiendas de magia se venden unos títeres de manipulación a la vista muy vivaces conocidos como “raccon”, los cuales tienen por estructura un muelle que les permite movimientos interesantes por lo verosímiles que resultan. Y de hecho algunos magos en la actualidad se presentan con espectáculos de sombras sin incluir números de magia. Las razones concretas de estas coincidencias no las sé con certeza pero están a la vista.
Hablamos con los compañeros de la teoría de este arte y sobre la maravilla de su mecánica, de las leyes mágicas que seguramente tendrán sus paralelos con el teatro que nos concierne, y que dependiendo de la técnica que utilicemos quizás pueda ser de utilidad. Aquí algunas de ellas:
“A donde ve el mago, ve el público”. Que podría ser interesante y a tener en cuenta para los espectáculos de bocones o títeres de mesa.
“Si dos objetos se mueven, a diferente velocidad, el público atiende al que se mueve más rápido”. Esta ley en particular creo que se puede aplicar a cualquiera de las técnicas titiritescas y para concentrar puntos de atención.
“Si dos objetos se mueven a la misma velocidad, el público mira al que se mueve primero”. Ídem.
Otro concepto interesante es el de la “misdirection”, que es la técnica que utilizan los magos para focalizar la atención del público mientras ellos preparan el efecto sorpresa. Según los expertos, si se llegara a dominar esta técnica podríamos hacer aparecer un elefante en escena sin que nadie se dé cuenta. Yo sé perfectamente que como titiriteros también nos es muy fácil meter un elefante en escena, pero el punto acá es aprovechar la técnica para pulir de manera mágica nuestras transiciones entre una y otra escena.
Otra cosa que maravilla en el mundo de la magia como el de los títeres, es la mecánica de sus utensilios, que como reza otra de sus máximas, “mientras más sencillo, más mágico”.
Efectos increíbles fabricados con tecnología de ratoneras, que detrás de la explosión de un globo aparecen en escena casi cualquier cosa, artilugios (gimics) que logran milagros de flotación, y que no son otra cosa más que un pedazo de alambre muy bien manipulado, cargadores para producir palomas (o lo que a nosotros se nos ocurra), top-it para desaparecer objetos en escena, papel flash, etc. que podrían enriquecer de alguna manera nuestros trabajos.
Imagino que muchos de los titiriteros ya sabrán todo esto que comparto, y que incluso algunos abran desarrollado verdaderos milagros, pero para los que no, quizás encuentren con estos primos nuestros alguna solución interesante, tanto en el campo de la construcción como en el de la manipulación.
Antigua Guatemala, 09 de marzo del 2011.

Rodolfo De Leon / La Charada Titeres


Gestar una obra de títeres / Paula Quintana

“Lo que puede ser expresado por un títere
no puede ser expresado por un actor humano”
Seguei Obratzov


Parir, construir, destruir, probar, dudar, frustrarse, volver a empezar, apasionarse; estados vitales para transitar el acto de creación.

Quizás porque vengo del campo de las artes visuales, es que dirigir se me asemeja a pintar un cuadro. Imagino los personajes y la historia como si fuera un boceto general. A la hora de empezar en primer lugar aparecen los colores, enseguida las formas, a continuación las tensiones, pronto los equilibrios. Todo ello ocurre como si pincelara, lo suficientemente cerca para no perder los detalles y al mismo tiempo, tomando distancia para ver la totalidad de lo generando.
Como premisa sustancial, abrevo de quienes son y han sido mis maestros/as en las artes y en la vida, atento el oído a la guía de sus voces, siempre.
Prefiero compartir la tarea con otros, de manera integrada. Mientras construimos los títeres, vamos modificando escenas de acuerdo a los ensayos y trabajamos en conjunto con quien o quienes componen la música. En ocasiones, una mirada “de afuera” de distintos colegas, se suma cuando estamos finalizando la tarea. El proceso es orgánico, vamos construyendo e improvisando sobre la idea original. La flexibilidad ante todo, modificar las veces que sea necesario, indagar.

Junto a mi hermano Esteban, con quien fundamos el grupo Los Quintana, experimentamos diferentes técnicas.
Somos amantes del cine, por lo tanto nuestros montajes simulan ser lo que yo llamo una “pequeña película artesanal”, los lenguajes se encuentran dentro de una mixtura cercana a la cinematográfica, cargada de “efectos especiales”.
Porque en el cine el truco desaparece gracias a la tecnología, en cambio, en la obra de títeres el truco se ve pero pasa desapercibido, gracias a la complicidad de los espectadores y a los elementos técnicos.
Si bien esta complicidad también ocurre en el teatro de actores, con el teatro de títeres sucede algo más, tiene un plus. Y esto ocurre a mí parecer, porque el títere se acerca a la relación primaria del hombre con los objetos sagrados utilizados en los rituales, trasformándose en un puente hacia el inconciente colectivo.
El mito (la historia) se expresa a través del rito (la representación escénica) y de sus símbolos (en este caso, los títeres). El títere no es un actor interpretando a otro, sino que “es” ese otro. Entonces estos personajes no desaparecen cuando el actor se despoja de ellos ó se quita el maquillaje, sino que están allí, palpables, tangibles, cercanos.
Si bien un actor de teatro también está próximo, esta “pantalla chica”, entra al universo del imaginario a través de una puerta más inmediata, como ocurre en la “pantalla grande”.

Creo que lo importante al momento de montar una obra es permitirse jugar sin perder la frescura, como cuando niños, sumado al respaldo de la técnica y el entrenamiento.
Me inclino por el humor, porque si hay algo que disfruto por sobre todas las cosas es hacer reír, cuando lo consigo desde el escenario me siento dichosa.
En nuestro espectáculo “Manomovies” (juego de palabras mano-película, fruto nuestra cultura latina que consume cotidianamente cine norteamericano), nunca nos planteamos concientemente hacer un trabajo para adultos. Surgió en primera instancia, dentro del espacio de experimentación intensa que nos brindó la Escuela de Titiriteros del Teatro San Martín de Buenos Aires, y continuó creciendo más tarde, a medida que investigábamos nuevas formas de comunicar aquello que queríamos expresar.
Esta especie de desfachatez, maleable al proceso de cambios y transformaciones que el espectáculo sufría aún durante las presentaciones, es la que hizo que nos sumergiéramos en este juego renovando la diversión, con el deseo de ofrecer mayor sorpresa y entretenimiento al público.

Paula Quintana / Compañia Los Quintana


Carmen Kohan

"…Las alusiones de Morelli a la inversión de los signos, a un mundo visto con otras y desde otras dimensiones, como preparación inevitable a una visión más pura (…) los exasperaba al tenderles la percha de una casi esperanza. (…) Si algún consuelo les quedaba era pensar que también Morelli se movía en esa misma ambigüedad, orquestando una obra cuya legítima primera audición debía ser quizá el más absoluto de los silencios."
"Rayuela"- Julio Cortázar

TITERE
Títeres. Creo que pocas palabras engloban tantas cosas como esta. Cuando yo me acerqué a los títeres, lo que buscaba era crear y transmitir mundos.
Ambientes formados por imágenes, sonidos, textos, personajes, sensaciones, aire…
Y descubrí que para crear esos mundos fielmente, había que entrar en otras miradas, había que mirar desde los personajes. Cuánta maravilla. ¿Cómo es posible que en una misma habitación donde hay sillas, piso, paredes, lo habitualmente conocido, de repente todo se trasforme y aparezca otro universo? Nada más parecido al juego de la infancia…
Recuerdo uno de esos tantos juegos ahora…estábamos con un amigo en la playa de Uruguay, estaba nublado, nosotros metidos en el mar. Jugábamos a que sosteníamos en nuestros brazos a unos hombrecitos miniatura (como liliputienses) que teníamos que llevar del otro lado del horizonte, para devolverlos a su tierra. Parece que había viento en la playa y nuestros padres venían a cada rato a gritarnos que fuéramos más a la derecha porque el viento y la corriente nos estaba llevando muy a la izquierda, y nos estábamos alejando. Nosotros no desobedecíamos, salíamos de mar, corríamos a la derecha y nos volvíamos a meter. En ningún momento nuestros padres eran nuestros padres, eran ogros del mundo de los gigantes que nos ponían obstáculos para que no cumplamos nuestra misión. Superar esos obstáculos era salir del mar, correr y volver a entrar, como si esas zancadas fueran también una forma de acercarse más al horizonte liliputiense.
Recuerdo ese cielo nublado, esos pueblos después del horizonte, sé que todo eso existió y existe en mí, me conforma.
El juego y el arte transforma la realidad. Su fortaleza reside en que no es el juego el que está en función de la realidad, sino que la realidad está en función del juego. Y por eso la transgrede, la transforma.
Ser titiritera para mí significa, además de jugar ese juego, abrirlo a los demás, comunicarlo, brindarlo. Encontrar relaciones de formas, de significados, de metáforas…Un juego en el que se transmiten las cosas más profundas y particulares de la propia poesía. Creo que quizá nunca llegamos a comunicarnos tan sincera y abiertamente con los otros como a través del arte. Como la fuerza de los sueños, que se nos presentan en fuertes imágenes-sensaciones, tan propias y particulares, los títeres y los objetos para mí, logran ese tipo de transmisión en escena…
Qué fuerza la de los “títeres” entonces…
Y así como esa palabra sintetiza tantas, tantas cosas, también el títere es una gran síntesis en la escena… Un objeto capaz de tener en sí mismo muchos sentidos a la vez.

EL CRECIMIENTO DE ESTE ARTE
Siento un enorme respeto hacia esta profesión y creo que a veces, la gente que no conoce mucho este arte, no entiende su verdadero alcance. Y es nuestro deber como titiriteros hacer que este inmenso alcance se conozca.
Con respecto a esto, tengo un deseo para expresar en este hermoso espacio que se me propone para escribir: creo que es fundamental que existan más discusiones sobre las obras de títeres, sobre la dramaturgia, sobre la estética. Si bien los títeres tienen una larguísima historia, a veces ni nosotros mismos reconocemos la enormidad de nuestra profesión. Hace falta que nos vayamos a ver entre nosotros los titiriteros, que opinemos, que escribamos, pensemos y escuchemos las opiniones de otros, que seamos muy críticos hacia los demás y hacia nosotros mismos, en el buen sentido. Porque la crítica hace que crezcamos, y que este arte entonces pueda desarrollarse más y más. Quizá a veces, justamente tan metidos en esos “mundos” que creamos, y con todo el esfuerzo que sabemos que lleva, no salimos a ver a nuestros colegas. Yo quisiera que al presentar una obra, vengan muchos titiriteros y me digan muchas cosas, tanto buenas como malas. Y quisiera ser una espectadora escuchada por los demás también. No es que no suceda, pero creo que aún podemos fortalecer mucho más este tipo de comunicación. Quisiera que existan críticos de títeres como existen para teatro, teóricos, historiadores, personas de todas las artes que opinen… Creo que aún hace falta mirarnos entre nosotros mucho más, y hacernos más preguntas...
Y ese es uno de los motivos por el cual me alegra mucho la existencia de esta revista, es uno de los caminos a hacer crecer el intercambio.

UN MODO DE LO COLECTIVO
Es que esta comunicación de la que hablo tiene otro sentido también. El arte de los títeres es colectivo de todos modos. Si uno es solista, se solidariza con el material, lo escucha, respeta ese mundo que se va creando más allá y a través de uno…esa es la paradoja….
Si uno trabaja en grupo, va aprendiendo a armonizar con otros y construir en conjunto.
Ojalá que eso colectivo que sucede cuando uno crea algo, donde se permite unirse al “universo” que está más allá de uno, nos siga ayudando a unirnos cada vez más entre nosotros, los titiriteros, y también entre nosotros, los seres humanos… Es una de las más grandes enseñanzas que para mi tiene el arte, donde uno se despoja de la “personalidad” construida para vivir en sociedad, y se reencuentra con algo más profundo, más universal, el juego que juega el arte, un lenguaje común que creo, es lo que puede ayudar a cambiar un poco este mundo, el cotidiano, que necesita mucha mucha ayuda de ese otro, el extra-cotidiano….

Carmen Kohan / Compañia detiteres La simultanea


Alicia Olea
Juega con las manos, que de magia explotan
y enciende las miradas de esos que se acercan.
Les roba una sonrisa y la guarda en su valija,
que llena de sorpresas se transforma.
Otros mundos posibles se ven en su retablo...
tela negra que muestra la esencia
de quien detrás se esconde...
Titiritera le dicen...y ella sonríe...
y con esos "muñequitos" (mágicos seres de papel),
va con paso fuerte...
con sueños de cambio...
buscando,soñando con otros...
creciendo con ellos...
para seguir jugando.

Alicia olea / títeres delmate



Vanesa Bobrowski
Que vértigo escribir algo desde el lugar de “titiritera”, no se donde pararme, me queda contar algunas experiencias que me llenaron el alma, experiencias que me hacen renovar las ganas e insistir en esto que me gusta tanto, que es jugar.
Tuve la suerte, de poder estar en la producción de una puesta con más de 60 personas en escena y algunas más abajo, aunando diferentes disciplinas artísticas: integrantes del Elenco estable de Titiriteros, un director, alumnos adultos de la Escuela Provincial de Títeres; profesores, alumnos y ex alumnos de la Escuela Municipal de Danzas; de la Escuela Provincial de Arte Dramático y profesores y alumnos de la Escuela Provincial de Música, conformando una orquesta en vivo.
¿La obra?: “El Carnaval de los animales” de Camille Saint-Saëns. ¿Dónde?: en la Escuela Provincial de Títeres de Neuquén.
El azar, la intuición o el destino me llevaron a la ciudad de Neuquén, donde hay una Escuela Provincial de Títeres con más de 40 años de historia. La vida me hizo el regalo de dejarme trabajar en el elenco estable de la misma, después de ser alumna y realizar una audición. De conocer gente fantástica y talentosa, formar parte de ese grupo por un tiempo y estar en un momento histórico o por lo menos que iba a quedar en la memoria, en la mía seguro. Embarcarnos en un proyecto tan grande y ambicioso y contar con la voluntad de todos. Un recuerdo, imágenes y sentimientos que siempre voy a llevar conmigo.
Lo títeres me dieron la posibilidad de actuar en un recital de rock, haciendo lo que uno ama, para cientos de personas, que no iban a ver eso, pero que se siente que disfrutan.
El regalo de hacer una función a metros del río y salir a presentar y tenerlo de foro y el público es “nuestra” función. Descubrir el brillo de la luna como farol o incluso un arcoíris, haciendo que unos segundos de distracción general valgan tanto.
Hacer una función en un centro para adultos mayores, una escuela, una plaza, un teatro, una playa, una sala de terapia intermedia en un hospital, un festival, un centro vecinal; para cientos de personas o para 2; llevar la magia de los títeres a gente que no sabe que lo que hace es regalarme la magia a mi.
Los títeres me dejaron trabajar con amigos y de trabajar y hacer amigos.
Los títeres me hicieron firmar un autógrafo, si, un autógrafo.
Suena trillado, pero uno no se acuerda cuanto cobro o recaudo en una función, pero nunca se olvida de algunas sonrisas, comentarios, saludos, devoluciones, besos, abrazos, miradas; miradas que dicen mucho, que brillan. Por eso yo trato de mirar, de regalar mi mirada de juego, de agradecer por dejarme seguir jugando.
Gracias Manu, sin tu invitación, no se si alguna vez me hubiese sentado a “pensar” por que quiero tanto a los títeres.







Vanesa Bobrowski / Argentina






Paolo Buratini / El Cachiporrazo

Desde siempre el títere ha tenido licencia para usar la cachiporra.

Normalmente ha sido por una causa justa, como reacción ante una conducta ruin, ante un agravio, en defensa propia y nunca como una acción gratuita.

El golpe del cachiporrazo lo escucha toda la audiencia, ya que resuena, y su efecto es instantáneo y fulminante.

Te sume en un sueño profundo y más o menos duradero.

Una vez pasado este efecto inicial y recuperada la consciencia, invita a la reflexión, al análisis de las causas que lo produjeron y a la acción que las contrarrestre.

Todos somos títeres, y como tal nos dejamos manipular, por amor, por desidia o por interés.

También somos titiriteros e intentamos manejar a otros por las mismas o por otras razones.

Así es la vida.

Tenemos derecho a usar la cachiporra y sacudir a diestra y siniestra, sin hacer daño real. Solo una sacudida estridente.

Abundan las situaciones injustas en las que sería necesario un buen palo.

Todos merecemos a veces un mandoble importante en medio de nuestra cabezota de madera

Siempre será estimulante y tras el desconcierto inicial, tomaremos una actitud diferente, más heroica o simplemente más humana.

Si no es así, seguiremos recibiendo palos hasta el fin de la función.

Algunos merecen un cachiporrazo especial.

Son los que ponen trabas a una causa justa.

Aquellos que enredan la trama con la finalidad del enriquecimiento personal o del expolio de lo que es de otro…

Y es que un cachiporrazo es una denuncia. Hace reír, pero es algo muy serio.

No deberíamos guardar nuestra cachiporra en el fondo del baúl. Deberíamos tenerla bien a mano y no dudar en usarla cuando las circunstancias lo requieran.

Sin abusar, pero sin dejar pasar por alto ningún agravio, ninguna vileza o ruindad,… ninguna actitud nefasta de la que tengamos noticia o conocimiento.

Salud, compañeros

Pablo Buratini / Teatro Buratini


Leonardo Javier Olivieri

Manu, tu propuesta de publicar, además de alegrarnos mucho, nos agarra en plena gira, con todas las emociones apelotonadas en el pecho, con las antenas paradas, y con los títeres que se nos quejan por esta cosa de la explotación.

Andar de gira es, para muchos, una condición indispensable para entenderse con este viejo oficio que nos elige a los titiriteros, que nos regala tantas alegrías, todas distintas unas de otras, todas intensas, y que nos exige a cambio empeño, terquedad, e ideales románticos que resistan a las modas.

Porque giramos, hoy tenemos el tesoro de las anécdotas de primera mano. Hoy podemos hablar con conocimiento de la magia que acompaña a los viajeros y, sobre todo, podemos conocer personas y lugares que nos siguen sorprendiendo, con los que aprendemos, compartimos y soñamos.

Ahora que somos Juglares 2.0 y cargamos, además, con micrófonos, música, equipos de sonido y gráfica color, ahora que creamos buscando salir del límite de lo que se puede, y a veces lo logramos e innovamos, ahora, como artistas, necesitamos mucho más al público de los pueblos, de los caseríos, a esa gente linda que sólo encontramos cuando se nos da por girar.

Ellos nos llenan con sus sonrisas de motivos incuestionables para mantener encendido el motor que nos mueve hacia los caminos, a pesar de los esfuerzos y de los sacrificios.

Acá, es más, hace una semana, la vida nos regaló un prodigio: Pudimos ver la expresión fascinada de un niño en el rostro de un hombre de 70 años. Nosotros sólo volanteábamos con Romancia, la vaca, para una función en el teatro local. El hombre que se nos cruza y se detiene para recibir un beso del títere, luego se paga su entrada y se sienta solo en una sala llena de niños. De repente es uno más, se funde, ríe, aplaude, y se lleva de vuelta algo nuevo con él

_ ¿Qué se necesita para ver una función de títeres? Preguntamos antes de cada función:

_ Espíritu de títere_ Nos contestó una vez un niño de 4 años.

_ La mente del titiritero_ Nos dijeron anteayer.

_ ¿La vaca es de verdad?

_ Claro, es un títere de verdad.

_ La bomba ¿Cómo explota?

_ Es un secreto.


Salgamos, titiriteros, a las rutas, a las calles, a las sendas, a los patios de las casas.

Porque con nuestras manos podemos transformar lo cotidiano y llevarnos a cambio en nuestra mochila la satisfacción de haberle encontrado una pizca de sentido a este jodido mundo en que nos tocó vivir.

Un abrazo grande a los colegas que leen la publicación y ¡Gracias!

Ojalá que nos encontremos girando alguna vez.


Leonardo Javier Olivieri /Teatro de Títeres de la Mariposa Singapur





El titiritero para Federico Abaca

En la banda de Lucero,
Después de haber transpuesto el rio,
Entre hondos medanales melancólicos,
Algo ajada y mustia por los años,
Se levanta una escuelita rural.



Hasta allí fuimos
Con mi amigo titiritero
A la hora en que la siesta
Retira a las cigarras su sordina
Para que puedan predicar a gusto
(Y a los cuatro vientos)
La bienaventuranza de los algarrobos.



Luego, las maestras
Nos explicaron que la vida no es fácil
En esa orilla del rio,
Sobre todo después de la muerte
De aquel Manuel Celedonio artesano
Que solía construir las campanas
Con cuyo tañido conjuraba
La pobreza de sus vecinos
Y a los duendes sombrerudos.
Los niños que nos esperaban
En la escuela
Tenían los ojos de fabula
Y los cabellos lacios
Y la sonrisa triste y tierna
Con que aparecen retratados
En los libros con estampas
Los pastorcitos de la égloga.



Cuando mi amigo
Apenas un muchacho,
Extendió su retablo viajero
Y apareció ante la maravillada
Impaciencia de los niños
Todo empolvado
Y provisto de una enorme flor
En el ojal de su saco negro
Supe que estaba a punto
De presenciar un momento
Mágico e inolvidable.



Nada que no fuera
la fuerza devastadora del arte
atrapo nuestra atención
por espacio de media hora.
La historia desplegada
En el pequeño escenario
Resumía la peripecia
De un panadero bondadoso
Que enfrentaba la astucia
De un diablo de entrecasa
Que pretendía arrebatarle,
A fuerza de artimañas y melindres,
O mediante un tironeo insensato,
Una bolsa de harina generosa.



En esta lucha de titanes
Entre el bien y el mal
Que resumía a su modo
La historia entera
De lo que fuimos y somos
Nosotros los hombres infelices
Prevaleció al fin la luz
Por sobre la oscuridad,
pero no fue por otra cosa
sino por la aterrada
y conmovida convicción
con que los niños
aconsejaron una y otra vez
al de oficio panadero
sobre cómo hacer
para lograr desbaratar
las argucias y zancadillas
del otro siniestro personaje.



Al cabo, allí estaba
El pan a salvo
Como signo implacable
De la bondad humana.
Y a los niños que retornaban
A su precaria realidad
Como después de un viaje
Con los ojos humedecidos
Y el ánimo transportado
Hacia la belleza de los seres.



No creo que ninguna moraleja
Pudiera añadir a este suceso
Algo digno de importancia.
Solo, mi amigo el titiritero
Dispuso otra vez los muñecos
En que la vida había latido
Con fuerza por un momento,
En el fondo de su bolso.
Y se vino conmigo como si nada,
Magro y desgarbado, caminando en silencio
Por los callejones en sombra
De ese olvidado pueblecito.



No paso ninguna otra cosa,
Pero sin embargo en mi recuerdo
Gravita todavía la impresión
De que en aquella tarde
Alguna puerta desconocida
Nos fue abierta por un instante,
Por el muchacho titiritero,
Para que pudiéramos asomarnos
A través de ella
Al enigma inquietante,
A la metáfora imposible
Del fulgor y la agonía
Que anida en nuestro corazón
Y nos habita desde que somos
Portadores de la memoria
Y la esperanza,
Inventores de sueños y la palabra
y herederos de la ultima parcela
Adentro de un reino prodigioso

Sobre la faz de este planeta.

LUIS ALBERTO TABORDA- CUADERNO DE VIDA.
TINOGASTA- CATAMARCA 2004

Fede Abaca / CHINCHO POROTO / Catamarca Argentina




Fernando Martin Suarez / el detective, la niña sonambula y un titiritero con batuta en mano

lo Mejor que podria Aportar en Este Momento es la Experiencia que vivi con el Estreno de la Obra de Ana Alvarado El Detective y la Niña Sonambula en el Teatro Real de Cordoba en Dic Pasado, ya q fue la Primera vez que Dirigia un Laburo Grande, para Adultos, y con un Elenco Estable, que dicho sea de paso Cumplia Sus 50 Años de Vida, te cuento algunas cosas, y te adjunto fotos...
En Esta Puesta trate de Combinar Diferentes tecnicas como ser Mesa, Retablo, Video y Actuacion, sin perder la Escencia que es una Obra en la cual los Objetos son los Protagonistas. Elegi como medios de transporte elementos de Traccion a Sangre como ser una Bicicleta doble, un Karting, y todas las escenografias son Funcionales, se trasladan y se convierten en otros espacios. La Obra cuenta los Sueños de una Adolescente, en los cuales la Chica escapa en sus recorridos nocturnos para conocer Amores, manifestaciones estudiantiles, y hasta guerras, mientras que en el hogar vive prisionera de la proteccion de Su familia.
Es muy Valioso Dirigir un elenco estable , hay q cuidarlos, existe una tendencia q la politica se come a la cultura. a veces por motivos economicos, y otras por razones ideologicas, el Unico riesgo de un Elenco estable es q se aburguese por eso siempre es muy Importanta que se inviten a distintos directores de afuera del elenco, Esto genera aire y renueva la energia, pero otras veces tiene muchas ventajas como poner en cartel obras en Espacios Oficiales con una entrada accesible.
El Arte de Animar elementos magnifica el poder q toda cultura posee, de conectarse con Su Identidad. El juego, la fantasia y todo el inconsiente colectivo no descansan hasta lograr q lo siniestro y lo maravilloso dejen de ser necesariamente opuestos, buscando asi abrir los portones con q se intenta controlar los sueños del hombre.

Fernando Martin Suarez / Buenos Aires / Argentina


CON ESTA PUBLICACION EL CACHIPORRAZO DA INICIO A UNA SERIE DE PUBLICACIONES DE GRANDES MAESTROS DEL QUEHACER PUPPETRIL, NOS TOMAMOS EL ATREVIMIENTO DE PUBLICAR A AQUELLOS QUE HAN AYORNADO EL CAMINO PARA QUE HOY TIPOS DE BARRIO COMO UNO SE MOTIVEN A LLEVAR ADELANTE PUBLICACIONES COMO ESTAS....GRACIAS COMPAÑEROS HABITANTES DE TEATRINOS ETERNOS.


El hombre y su sombra
Un texto de Ariel Bufano

¿Por qué, en pocos segundos, un títere puede lograr lo que a un actor le llevaría un período más prolongado de tiempo? ¿Cuál es su lenguaje dramático? El títere es una máscara. Aparece y no necesita presentación. Es el bueno, el malo, el sabio.
La expectativa del público ha sido colmada. No hay duda sobre lo que es. Sin embargo, esa máscara se muestra persona. Se muestra con todas las contradicciones. Y resulta que el sabio tiene dudas, que el valiente tiene miedo, que detrás de la risa puede estar el llanto.
Somos sorprendidos porque esa cosa, ese objeto, es la vida misma. Y no lo esperábamos.
De la misma manera que no nos damos cuenta de que estamos viviendo cuando estamos viviendo.
En el lenguaje dramático del títere, el personaje está movido por sus mecanismos más primarios, más íntimos. Se mueve por lo que siente. Vive por lo que necesita. Ama y se ama. Cómo es y cómo se es.
Un pobre objeto, un trozo de tela y cartón, asume toda la humanidad que, lamentablemente a veces, el hombre no se anima a rescatar para sí mismo. El hombre, ser supremo de la naturaleza, es desnudado en toda su pavorosa y bella humanidad, por una simple cosa, un pobre objeto de cartón y tela: un títere.

FUENTE : PAGINA DEL TEATRO SAN MARTIN
http://www.teatrosanmartin.com.ar/titeres/compania2.html





Sergio Mercurio
ENTREVISTA CON KIYOKAZU SATÖ El creador de “BOLAS AIRES”





Lo primero que hace Kiyokazu al sentarse en la mesa y ver que trato de anotar su impronunciable nombre es romper el hielo,” Decime Cacho”.
Kiyokazu tiene 28 años, de los cuales ha pasado la mitad de su vida en Japón. Está atravesado por una cultura ancestral y compleja que sin embargo advierte tiene mucho de Argentina, “por algo en Japón funciona tan bien el tango,”afirma. “La otra mitad de mi vida la pasé en Bolas Aires”. Formado en el Studio GHIBU de animación.
Los estudios GUIBU pertenecen a HAYAO MIYASAKI, un creador del dibujo animado, aun vivo y con una producción envidiable.
Kiyokazu volvió a la Argentina, al lugar elegido por sus antecesores. En el departamento en la ciudad de Escobar, me cede su tiempo, a la vez que comanda un equipo de 4 amigos.

Se puede decir que Miyasaki es al Walt Disney japonés?
—Más correcto sería decir Walt Disney es el Miyasaki americano. Quiero decir que tal vez para un argentino es correcto esa afirmación, de la misma manera que también es correcto mi parecer.
Las paredes de la oficina están pobladas de imágenes que son familiares a cualquier treintón o cuarentón argentino, desde Los caballeros del Zodiaco a Dragon Ball.

Todos estos dibujos son el famoso manga japonés?
—Debo aclararte algunas cosas, existe un mal uso en nuestro país de esas expresiones. A mi no me molesta, pero solo con fines informativos, el manga es la historieta, es decir que es el genero impreso en el papel y para ser leído como revista, en Japón la industria del manga produce el doble que en los EEUU. El Japón es una cultura visual, partamos de la base que en Oriente la caligrafía es una ciencia. Es decir dibujamos para vivir. El Japón como todo imperio cuidó su imagen, creo su imagen y trató de expandirla. Como japonés no estoy feliz en todo lo que mi país hizo al mundo. En ese sentido nosotros con la productora adherimos al concepto de animación que es política del Studio Ghibu, es decir: no dibujamos orientales con ojos grandes, no dibujamos esas niñas angelicales que tienen quince años y la pollera corta estamos por una revalorización de la historia y sobretodo de revalorización del papel de la mujer, en las historias. En nuestra historia.

Y como aparece Bolas Aires?
—Bolas aires, fue un recreo, empezó como una actividad con nuestros alumnos, era una actividad; se diría; casi explicativa acerca de un fenómeno que vi cuando era niño en La Manchuria. Digamos que yo llegué a ver esa actividad de protesta que tenía el espíritu quejoso y divertido que hoy tiene Bolas a
Aires, quienes lo hacían querían más decir cosas contra la ocupación japonesa, hacían un juego de palabras con Nipón que es parecido al que sucede al ridiculizar Buenos Aires con Bolas aires. Los coreanos al decir Japón producían otro sonido que los niños japoneses ridiculizaban. Era algo también divertido para un niño. Pero Bolas Aires es un juego, un juego contra el imperio de Buenos Aires en Argentina. Un recreo político. Nosotros hicimos esos 17 o 18 capítulos, rapidamente, mientras nos relajábamos con la entrega de un trabajo muy grueso.

Sos titiritero?

—De ninguna manera, el concepto de titiritero como oficio integral es muy difícil de entender en mi cultura. Para mi y en cierta medida puedo decir para nosotros, el trabajo con muñecos es tan integral y de equipo que te podría decir que titiritero en occidente y oriente son cosas distintas y no compatibles. En Korea en la época de la dominación japonesa, existió una actividad que surgió como resistencia, y que puede ser traducido como “ el que pone el dedo”. Esa expresión coreana se refería primero a una corriente de resistencia contra la ocupación nipona, fijate que como todas las ocupaciones era bien recibida por una gran parte de la población, es como lo que pasa con Buenos Aires, desde el interior la rechazan la critican pero quieren irse hacia allí, vivir allí y dominar al resto. Quien no advierta esto está mirando para otro lado o es tuerto. En el caso coreano, las personas que resisitieron la ocupación poniendo el dedo en ciertas cuestiones fueron rapidamente perseguidos y crearon esa parodia de la ocupación, con pequeños muñecos de dedo. Era como un vendedor ambulante, solo que vendían una idea. Yo llegué a ver con mi abuelo los estertores de ese movimiento. Lo recuerdo como niño, es decir tengo una extraña sensación, ya que no entendía de lo que se trababa pero veía lo que generaba. Mi abuelo era un antimperialista feróz. Su postura fue marcante. El me llevo a ver los dederos. Ver esa cosa insignificante con una voz estruendosa, fue marcante para mi infancia.

Y vos tomaste eso para Bolas Aires?
—Si, totalmente, Soy un dedero, El dedero coreano era un resistente político eso lo supe mucho tiempo después. En la universidad hice mi tesis estudiando todo ese fenómeno que también se dio en Manchuria y que descubrí, era antiquísimo de hecho en la región costera de Japón que da a la Manchuria existía una cultura que lo desarrollo siempre.



Como nace el nombre Bolas Aires?
—Mi abuelo paterno, nunca consiguió decir Buenos Aires, vos sabés los problemas de pronunciación que tienen los orientales, Cada vez que el iba a vender a la capital, el decía que se iba a Boras ales.
Para mis primos y yo que habíamos curtido perfectamente el español. Que si bien vivíamos en la burbuja de las flores en la colectividad Japonesa de Escobar, todos alguna vez habíamos ido a Buenos Aires, y un día mi primo chiquito escuchó al abuelo decir que se iba .
— para dóne?_ le preguntó con ese lenguaje infantil y el viejo dijo igual que siempre.
—Para Boras ales, dijo el abuelo y el repitió.
—Ahhhhh, para Bolas aires.

Ahí la risa fue general y todos contamos esa historia mil veces.

De ahí viene. Después un día perdimos un trabajo grande en Buenos Aires, solo porque éramos de Escobar, y el tipo me recomendó que nos mudáramos a capital, yo le dije . Yo me quedo en Escobar, vos quedate en Bolas Aires. El tipo ni escuchó, lo que le había dicho, solo dijo en un feroz porteño.
“más vale”. Me cagué de la risa pero con la bronca que tenía busqué en un cajón que tengo cosas que compro no se porqué y agarré esos muñecos de dedo. Ahí apareció.

Y después?
—La continuidad la dio un profesor amigo de una carrera de magisterio de acá que le empezó a dar bola y lo empezó a trabajar en el aula , paródias y esas cosas. y ahí tuvimos el pedido que transformemos bolas aires en una serie. El profesor a veces nos sugirió problemáticas y tuvimos también sugerencia de personajes.

Este año termina?
—Termina la primer temporada ( ser ríe) y el año que viene va a salir la segunda que va a estar remasterizada, porque va a haber decorados hecho por el taller permanente que dictamos en la productora, los alumnos van a hacer el escenario.

Como termina la primer temporada?


Solo puedo decir que va a ser shakesperiano, porque fue un pedido del profesor.

( les dejamos los links a los 3 primeros capitulos de bolas aires link directo a you tube)
Sergio Mercurio / El titiritero de Banfield / Argentina



Ezequiel TURCO Yasar





DICEN DE BOCA EN BOCA Y DE PUEBLO EN PUEBLO
QUE LAS IMÁGENES Y LOS GESTOS
SON MAS ELOCUENTES QUE MUCHAS PALABRAS....
DICEN QUE DICEN...DE LA FUERZA EXPRESIVA DE LA IMAGEN.
PUES AQUÍ, UNAS IMÁGENES DE QUIEN SUPO SER TITIRITERO..
SIN GRANDES AUDITORIOS, NI GRANDES MULTITUDES...
SOLAMENTE SOSTENIDO, CON LA FUERZA DE LA FANTASIA....


MERECEN SER PUBLICADAS....
AMIGO MANU..
EN ELLAS LOGRARAN ENCONTRAR LA VIDA MISMA DE LOS TÍTERES...
EN ELLAS LOGRARAN PARTICIPAR DE UN TALLER INTENSIVO....
DE COMO SE HACE...





SOLO OBSERVEN...

Ezequiel TURCO Yasar / Compañia de Titeres Banda Espuma


Hector Carrizo



Por la necesidad de conocer las nuevas tecnologías me encuentro en el desafío de aprender-haciendo, difícil tarea para quien le es desconocido el nuevo lenguaje de las Tic , Gaggtes, Banner, Web. Se habrán dado cuenta por la simpleza de este humilde sitio. Pero no hay dos sin tres, y mi curiosidad me llevo a buscar otras agrupaciones que estaban en esta actualización constante de cibertíteres y titiriteros. Para mi sorpresa encontré que buenos amigos de Bolivia (país que recorrí junto a mi amigo Martin Alvarado de Yupilalala) tenían su espacio y con mas admiración y alegría, que estos compañeros están en un proceso de organización nacional, tan necesarios como las nuevas tecnologías o aún más.



Conocí al Waky gracias a Leomar quien nos recibió en Cochabamba durante la extensa gira por este bello continente. Ahí conocimos su proyecto en el Parque Vial y hoy en día no solo mantiene el espacio, si no que es participe de un proyecto más amplio, crear una organización nacional. Obviamente los proyectos surgen de sueños y los sueños para concretarse necesitan de recursos económicos, humanos, de gestión.




Como lograr lo mismo aquí? en Venezuela…..Este año sin duda ha sido uno de los más difíciles, muchos encuentros de teatro de carácter nacional se han visto en su mínima expresión o han desaparecido, otros de carácter internacional se debaten entre el famoso , ¨SI VA!!!, pero hay que esperar ¨ . Algunos elencos se han desintegrado porque sus miembros tienen familia, necesidades comunes a las de cualquier ser humano que desea vivir dignamente de su oficio-profesión. Al pensar en todo esto y ver el ejemplo de los compañeros de Bolivia, me pregunto: ¿no sería imperioso el pensar en una real organización de los diferentes grupos de títeres a nivel nacional?




Me respondo: Cuantas veces se ha intentado ……… Ufff !!!



Y vuelvo a Bolivia por caminos de recuerdos y recorro Cochabamba, el teatro Adela Zamudio, el mercado, la feria de flores, el jugo de naranja y las salteñas por las mañanas, las cholas hermosas con sus ropas de colores Que hermoso pueblo…. Potosí y la gloriosa ciudad del Alto, El centro Cultural Wayna Tambo, mi hermana del alma Giovana Chambi (Títeres del Rio)…la lucha constante “La auto-gestión”.



La dignidad de la rebeldía, el teatro contestatario, el movimiento de calle, “los títeres en la plaza”. Cuanta falta nos hace reconocernos a nosotros mismos, encontrarnos como hermanos, viajeros que recorremos el mismo camino con el mismo destino, y que más allá de los kilómetros andados, nuestras necesidades son las mismas.



Participaciones en festivales internacionales??’’, Giras en Europa o Madagascar????, Premios a la Alta intelectualidad Inspirada en noches de bohemia ?? y bla bla bla bla, no sirven de nada ¡!!! Si no hay quien lo recuerde, si para la sociedad no somos una necesidad, si para el Estado no somos generadores de cambio (lo somos), si no hay escuela o relevo, investigación, si no hay quien se arriesgue.



Así estamos y seguiremos, ciegos, tratando de encontrar el borde de la vereda para no caernos.



VIVA BOLIVIA!!! VIVA LA LUCHA MINERA !!!



VIVA EL MOVIMIENTO TITIRITERO BOLIVIANO!!!

Hector Carrizo / Compañia de titeres Babalawos



Martín Rôo


Mis brazos son dos árboles
donde los monos callan
la muda angustia de hombres interminados.
Dan de sus bocas comer a las palabras y no entienden palabra.
(a veces lloran como pequeños hombres)
Yo miro y no comprendo
la diminuta lluvia de sus almas de pelo
pero guardo mis manos
cerradas como puños
en los bolsillos tibios de mi abrigo
para que no tengan frío,
como yo,
que en este árbol
tampoco entiendo nada.

Martín Rôo / Compañia Rajatablas


Natalia Bindenmaister

Me pregunto que es hacer teatro para niños, chicos, pibes, etc… de todas las formas cómo se diga, se encare o se mire la niñez.
A veces pienso en la palabra niño y creo que tengo que hablar de algo importante que deje una gran moraleja y llegue a los corazones de todos etc., etc, etc… Después me digo que no, que en todo caso se va ir dando, y que odio las moralejas.
Entonces pienso en la palabra chico y creo que tengo que hacer algo súper moderno y actual, que haya tecnología, términos actuales. Y me desaliento porque soy muy ochentosa y no me lo puedo quitar.
Y como manotazo de ahogado trato de pensar en la palabra pibe y ahí estoy en problemas porque la palabra pibe me suena a político que quiere acercarse a la gente y habla de los pibes; de los pibes de la calle y muchas cosas más que me confunden y no se me aparea ninguna imagen como diría el maestro Kartún.
Entonces, como siempre y sin darme cuenta vuelvo a mi famoso juguete. El juguete que me guarde y no tiré. Un teléfono, rojo, azul y amarillo. Se le puede poner monedas y tiene disco.
Era mi cumpleaños y mis viejos no iban a estar. Mis hermanas y yo quedamos con mis tíos y mis primos en la casa enorme que tenían en Ramos Mejía. Tocaron el timbre y mi tía me dijo que abra, que era el sodero, y no, era mi teléfono. Un señor me lo daba con una gran sonrisa. Después fuimos al centro de Ramos y me compraron en el cotillón una coronita hermosa y cosas para decorar la torta.
A la tarde, en el jardín de la casa de mis tíos, sople las velas con mis hermanas. Fue el cumple mas lindo que tuve.
Cada vez que recuerdo, este, Mi juguete, se dispara todo:
Cuando ensayaba mi primer obra con mis amigos a los nueve años. Se llamaba “Dona patrona”. De la primera vez que le di un beso a un chico. De cuando en los recreos jugaban al elástico y yo no jugaba porque era un desastre. De cuando estaba muy angustiada y robaba lapiceras a los amigos. De acordarme que siempre jugaba con mis dedos que eran personajes y que caminaban, se sentaban y me obsesionaba porque se vea creíble ( Termine siendo titiritera, vio!)
Y ahí digo ¡zas! ¡Cuanto material!
Cómo se abren los mundos cuando uno se puede conectar con “Ese lugar” donde fluye la creatividad de cada uno, que es única e irrepetible.
En la Zopenca (Compañía de teatro de títeres y objetos que comparto con Guadalupe Lombardozzi) buscamos “Ese lugar” siempre de diferentes maneras. Simplemente, porque es así como nos sale.
“Ese lugar” es uno para Lupe y es otro para mi y después converge en un “Ese lugar” Zopenqueril. En ese tránsito hay encuentros, juego, enrosque, chispas, mates, un hijo que están empezando a hablar y va al jardín, un hijo que está por venir… Por todo esto navegamos y así es que nuestras obras, son tan distintas unas de las otras. Tanto desde las estéticas, las formas y como las contamos.
Es difícil encontrar el camino creativo y más difícil o imposible es tratar de dejar migas de pan, como Hansel y Gretel, para saber volver y repetirlo, asegurándonos que la próxima creación será como la anterior.
Lo que si nos dimos cuenta es que hacer teatro para niños, chicos o pibes es el camino en el que no nos perdemos. El que optamos.
Creo que elijo hacer teatro para chicos porque todavía me falta todo por descubrir; por la cantidad de cosas que ignoro (como dice Marcelo Birmajer) y creo, que haciendo teatro voy a tener la respuesta; porque pude encontrar la manera de seguir jugando toda la vida con mi teléfono rojo, azul y amarillo, discar y llamar a todos.




















Natalia Bindenmaister
/ Titiritera y co- creadora de la compañía de teatro de títeres y objetos La Zopenca.



NI IDEA / Gustavo Garabito

Una idea ,¿cuántas veces uno dice?: ¡¡¡ tengo una idea !!!
Un huevo duro que hace un strep tea , una Carilina que cuando crezca se convertirá en papel higiénico, gomitas de oficina que toman forma humana , una aspiradora tirana,un sacacorchos que se transforma en caballero , una rodilla que pasa la gorra,¿De donde sale ?.
De una imagen , un material , un sonido , una canción , un poema , un objeto , un chiste…?,¡¿Que importa ?!
Los sentidos se empiezan a poner en estado de alerta , ese estado en donde no sabes que , pero se disparan cosas en tu cabeza que nunca uno sabe bien de donde corno salen , asociaciones , recuerdos , experiencias , situaciones , gente ,invenciones , lecturas , etc , etc , etc … , cosas que nuestro cerebro , alma , cuerpo ,imaginario (porque son muy sabios) guardaron.
Y ahí están dispuestos sobre una paleta donde los encontramos en diferentes tonos, para que un conjunto de personas sumen ingredientes , para dar forma a esa gran ensalada , para buscar ,¿encontrar ? , tu poética , tu lenguaje .
Después la crisis,los miedos, las dudas y finalmente el éxtasis el momento que esperamos ,que empollamos, el nacimiento de un hijo colectivo que mama el primero de los mas efímeros y hermosos de los alimentos;… el aplauso del publico.
¡¡Que momento!!, ¡¡¡QUE LINDO MOMENTO !!! ,personas , compañeros , amigos que también dijeron , ¡que buena idea… !
Eso es magia amigos , el poder de la creación, el poder de decir ,de contar ,de opinar,de buscar SIEMPRE buscar.
Brindo por este hermoso y milenario arte, por los amigos, la familia ,por mis dos amores ,por las ideas, por el vino.

P.D.:Un gran agradecimiento a Manuel Mansilla ,no solo por permitirme y proponerme publicar esto ,sino por el echo de crear este espacio para que nos conozcamos y expresemos ,Gracias Manu.

Gustavo Garabito (La Naranja Retablica)




EL CORAZON DE UN TITERE / Andrea Sirota

El títere nació el primer amanecer
Cuando el hombre vio
Por primera vez, su propia sombra,
Y descubrió que era él
Y al mismo tiempo
No era él
Por eso el títere
Al igual que su sombra
Vivirá con él y morirá
Con él.


Javier Villafañe



Dar vida. Crear. Concebir. Generar. Parir.

Corazones de papel laten todas las mañanas al despertarme.
Me acompañan sus sonrisas, sus tristezas, sus miserias...
Me cortejan sus alambres, me abrazan sus manos de cartapesta, sonríen con alegría de colores y lloran lágrimas de gomaespuma.
Amados amigos que me llevan a ver, a poner en escena mi sombra, en una danza cotidiana donde a veces río y a veces lloro, pero siempre amo locamente.

Florece el deseo.
Con amor modelo su cabeza, sus ojos, su gesto, imaginando cómo serán sus facciones.
Miro crecer sus piernas, sus brazos, su figura. Su alma.
Como en las ecografías modernas, lo visualizo antes de su nacimiento.
Me emociona su mirada, los gestos, sus movimientos.
Me gusta cuidarlo.
Acompañarlo en sus primeros pasos. Enseñarle a hablar. Sentirlo respirar.
Aprender a verme en el reflejo que me muestra, mi espejo.

Desde que los títeres golpearon a mi puerta, me llevaron de la mano por un camino para mi inexplorado.
Abrieron una ventana dentro de mi cabeza que creía cerrada.
En mi recorrido hasta aquí, el de los títeres aún es pequeño y de experimentación.
Aunque son parte de mi piel, de mi alma. Me llevan de la mano desde niña.

Me acompañan desde siempre. En el juego. En mis lejanas noches, antes de ir “a la camita” para ver al Topo Gigio. Desde ese instante mágico del Show de los Muppets. Desde que mi mamá me llevaba a ver las funciones de Sarah y Mane.

De grande, volví a jugar con muñecos desde la plástica. Y desde ahí, al teatro.

Agradezco a los títeres, aquellos milenarios objetos que me hacen feliz y rescatan a la niña que llevo siempre conmigo. Y la mujer, a la salvaje, la artista, toda mi multiplicidad en la obra, en mi vida... la que soy, la que quiero ser, la que va naciendo...


Andrea Sirota
El corchete - Teatro de títeres y objetos
Buenos Aires, Agosto de 2010



ENCUENTROS Y DESENCUENTROS ENTRE EL TITERE Y EL CLOW:
Conversaciones Personales
/ Edgar Cardenas

Antecedentes

Encontré mi pasión por la animación de objetos cuando buscaba el pretexto para mi tesis en la carrera de Artes Plásticas. Comencé con la idea de crear “pinturas en vivo con objetos en movimiento” en un intento por fusionar dos procesos artísticos que había desarrollado durante la carrera. Hasta ese momento hacía imágenes bi-dimensionales (pinturas y grabados) que produjeran la sensación de movimiento y objetos que invitaban al espectador a interactuar.

Improvisaba con objetos que recogía de la basura y que encontraba en mi casa en un teatrino que me regaló una tía. Creaba cuadros o juegos con los objetos interactuando entre sí o con seres humanos y proyectando sombras de objetos y humanos sobre el teatrino. Grabé las sesiones en video y después de cuatro meses de exploraciones y pruebas, al ver las grabaciones una y otra vez fui consciente de lo que estaba haciendo. Eran títeres, y era lo que más disfrutaba hacer en la vida.

El payaso apareció casi al mismo tiempo pero su revelación consciente fue más tardía. Como director del grupo Man*cha Mano creé cuatro obras que incluía la interacción de los objetos animados con seres humanos (fueran sus animadores u otros). Pero fueron cuatro años después de haber creado el grupo con la llegada de un nuevo integrante que había recibido formación de clown, que entendí que muchas de las interacciones planteadas en las obras eran entre títeres y clowns.

Preámbulo

Me interesé desde ese momento en investigar códigos y convenciones de cada lenguaje para crear obras a partir de sus encuentros y desencuentros. Buscando claridad frente al tema, decidí conversar con un títere cercano y con mi payaso intentando sino encontrar respuestas, aclarar preguntas.

Escogí un títere que tuviera posiciones fuertes sobre el tema y que para mí fuera un referente en la historia del grupo. Escogí a la Cabeza Rosada, un títere director de títeres, quien había dirigido la primera obra del grupo. Nos había dirigido a todos: títeres, objetos, actores, técnicos y titiriteros. A la Cabeza Rosada le encantó la idea. Me fue más difícil encontrar a mi payaso y a su vez convencerlo para hacer el ejercicio, pues si no alegaba demencia, salía con el cuento de no querer lidiar con el titiritero que compartía su mismo cuerpo.

Finalmente logré concretar la cita entre los tres, el mismo día, a la misma hora y por diferente canal. Después de varios episodios de asociaciones, disociaciones, espasmos y recuerdos de esquizoide, llegamos los tres. A continuación están transcritos los mejores apartes de la conversación que entre algunos tragos, miradas desbocadas y pequeños brotes de discusión acalorada se desarrolló desde un absurdo sin sentido hasta un absurdo sin cero.



Conversaciones entre un titiritero payaso animando un títere



Titiritero: (dirigiéndose al títere) Recuerdo que mi encuentro con ustedes fue como un amor a primera vista.

Cabeza Rosada: Bueno, no sé que pensar frente a eso. Cuando nos encontramos yo estaba en la basura, sin cuerpo y oliendo a mierda…No sé cómo puede relacionarse eso con el amor.

Titiritero: …eh, si bueno…(dirigiéndose al payaso) En cambio no recuerdo en qué momento nos encontramos nosotros dos.

Payaso: ¿Estoy interrumpiendo algo? Porque si quieren me puedo ir. No quiero incomodarlos…aunque pensándolo bien…porque no me cuentan su historia de amor…

Cabeza Rosada: No está interrumpiendo nada. Aquí solo hay una relación laboral.

Titiritero: Bueno, por favor no nos desviemos del tema. ¿Qué creen ustedes que han compartido en escena durante estos años?

Payaso: Las pulgas…

Cabeza Rosada: El público…

Payaso: El fracaso…

Cabeza Rosada: Las luces…

Payaso: La risa…

Cabeza Rosada: El pago…

Titiritero: No me han entendido…

Cabeza Rosada y Payaso: (a una sola voz) Nunca lo hemos hecho, ni siquiera lo hemos intentado. ¡Eso es muy aburrido!

Titiritero: Esta bien, entiendo…quiero decir…bueno, reformularé la pregunta. ¿En qué momentos se sienten a gusto el uno con el otro dentro y fuera del escenario? ¿Hay acaso algo que comparten además de lo que han mencionado?

Los dos se quedan pensando. El payaso cierra los ojos viajando a través de los recuerdos en el escenario. La Cabeza Rosada no los cierra porque no puede hacerlo, pero igualmente viaja hacia el pasado. Finalmente el Payaso abre los ojos con una nueva mirada.

Payaso: Mis mejores momentos en el escenario han sido justo cuando a pesar de ser protagonista no tengo el control de la escena.

Cabeza Rosada: ¡Es verdad, he sentido lo mismo! Es un momento en el cual siento que algo me mueve, que algo me anima. Pero al mismo tiempo es en ese momento cuando más me encuentro conmigo mismo.

Payaso: Cuando alguien me mira y encuentro su mirada con la mía.

Cabeza Rosada: Cuando miro a alguien, y siento que está vivo conmigo.

Payaso: O cuando alguien se me acerca y desea compartir el hecho de ser de carne y hueso, de recordar que somos frágiles y tenemos sentimientos.

Cabeza Rosada: Yo no soy de carne y hueso, pero también comparto mi vida frágil y llena de sentimientos con quien cree que la tengo.

Titiritero: Estoy de acuerdo en que cada uno tiene una carne propia y que con cada uno de ustedes mi propia carne se transforma. Con el payaso mi piel desaparece y sin estar desnudo, me siento en carne viva compartiendo mi esencia con quien quiera. Con el títere siento en cambio que mi cuerpo se proyecta en otro cuerpo, y muchas veces me siento protegido por el otro.

Cabeza Rosada: Bueno, nosotros tenemos ese don. Protegemos la libertad de la humanidad. Recuperar canales de expresión que entre humanos no logran mantener abiertos.

Payaso: Ese don, mantener los canales de expresión sincera entre humanos, es el que nosotros tenemos.

Cabeza Rosada: Pero nosotros somos más sinceros…

Titiritero: Tranquila, ambos tienen razón…con ambos siento más fluidez para expresarme.

Cabeza Rosada: ¿Cómo será sin nosotros?

Payaso: Es un desastre, un fracaso total.

Titiritero: Recuerden que somos uno.
Cabeza Rosada: No es cierto pequeño actor del mundo. Yo dirijo y usted actúa.

Payaso: En cambio usted no actúa y yo aparezco.

Titiritero: Esta bien, tienen razón una vez más. De verdad les agradezco su tiempo y su disposición para esta franca charla.

Payaso: En lugar de agradecer, ¡no piense tanto y viva con alegría!

Titiritero: Bueno…yo…

Cabeza Rosada: Yo…yo…yo…siempre creyendo ser el centro del universo…usted no es dios mi querido. Eso si, fue un placer estar acá y poder compartir mi experiencia con ustedes.

Titiritero: …Al final, sumergido en un vaso de vino tinto me he emborrachado con títere y payaso. Recordamos los viajes, las fiestas, los festivales, los públicos, las mejores y peores funciones, los amigos y las amigas, los críticos y las críticas, los compañeros y colegas. Amaneció y ebrios de emoción, fundidos en una sola energía cada uno regresó a su lugar.


Edgar Cardenas / Grupo Agarrapata


DIA DE TRABAJO / Gabriel Calderón

Un semáforo, un molinete, los baches del suelo, el puesto de verduras, el banco de la plaza, atravieso la ciudad en mi valija de secretos, llena de trucos y magia. Sube, baja, un zamarreo y la vibración del suelo. Autos, trenes y colectivos, motos, bicicletas y triciclos, salto una vereda, vuelo en la escalera, me detengo y oigo atento transeúntes que no esperan. Las palabras de mi padre que saluda, conversa y resuelve los atajos, tranco certero, en una hora llegamos!.
El baúl se detiene, y como el horizonte, acostado, escucho ansioso el sonido del carrito del cierre que vislumbra nuestro nuevo amanecer. ¡Todos afuera!, los tubos se ensamblan, las telas decoran, los parlantes suenan y la valija es el piso de nuestro sueño, tan real como lo ven, ya estamos tras bambalinas, veo la luz a través de mi bolsa de dormir. Cientos de personas caminando, yendo y viniendo de tantas partes, tus ojos abiertos me observan. Se entremezclan razones con pazos seguros y titubeantes, lagrimas y sonrisas despellejando el reino de concreto y alquitrán que guarda celoso la esencia de la tierra, tras su mascara gris de niño pobre, puta o linyera. De entre la explanada florece el sombrero colorido, sostenido apenas por el entusiasmo implacable de cada función, en espera de “su valoración voluntaria señora, señor…”.
Y una luz, farol de parque, miradas desconfiadas se amigan en el comentario, “mirá vos el pibe, mejor que este haciendo esto a que se ande drogando por ahí…”, estáticos en el silencio, un minuto o dos para detenerse a disfrutar, ¡no piense señora, suelte el celular caballero!...!Ya estamos aquí, hemos llegado! Comunicadores de alegrías, canales de imaginación, hacedores de sueños, libres como el viento, somos ustedes, todo el tiempo se los estoy diciendo, con mi cara estática y mi mudo instrumento.
Cuatro funciones es la nota, años de ensayos, sus manos temblorosas, me sostienen con dificultad y ya se que por hoy se acabó. Regalo mi última reverencia y detrás de escena me desarmo para descansar una vez más, la bolsa me cubre nuevamente y percibo los últimos rallos de luz, entre miradas curiosas con un beso me despido hasta la próxima actuación. Las telas se doblan, los parlantes hacen silencio, la valija ya no es piso sino casa, se abre y nos da la bienvenida a nuestro hogar. El sombrero pesa, aunque nunca lo suficiente y como a veces me desarman las palabras, no gasto demás. Podré ser un trozo de madera, o un montón de trapo, quizás papel encolado o alambre doblado, más la dignidad de una Marioneta de Hilo en este o cualquier escenario, cuna de mis argumentos, éxitos y fracasos, jamás será pisoteada.
Marionetas Unidas, Hasta el Desenlace Siempre!
Joselito, el Rockero.

Gabriel Calderón / Compañía de Marionetas MicroBio


LOS TITERES ABREN PUERTAS / Julieta Estevez

Una vez oí decir de un querido titiritero de origen brasilero está frase.

Y sin duda que si lo hacen, Contar, decir, expresar en libertad,
mediante este maravilloso arte abre puertas y más puertas...
Hacia la percepción de uno mismo cuando uno
crea un personaje con sus manos, o cuando descubre una nueva voz para otro.
Abren un camino al observar, el mundo que nos rodea,
tomando fragmentos de forma conciente o inconsciente
de situaciones reales trasladándolas con infinita imaginación
al teatro de títeres.

Los títeres Abren puertas,
Hacia el universo infantil, un mundo donde , como todos sabemos,
habita como medio de expresión el juego, los chicos
para comer juegan, para bañarse juegan, para vincularse
Con sus pares, adultos, animales u objetos juegan.

Abren puertas a la vida, cuando el títere cobra vida propia y hace y deshace,
Dejándonos a nosotros, titiriteros animadores, como un mero espectador.


Percepción, juego, vida, esencia, camino; estas palabras
me llevan directo a otra puerta...la magia

Magia que existe en la comunicación, entre el público
y los títeres, única manifestación en el arte escénico.

Y ésta puerta mágica que muchas veces se abre en los
festivales de Teatro de títeres, en su mayoría los que
se realizan en Latinoamérica y también en algunos
festivales de España.

Donde la magia se manifiesta, no solo en el hecho teatral
de cada función, si no también, en el encuentro,
extraordinario, que es compartir éste oficio,
con personas maravillosas que dedican su vida
a contar, a decir, a expresar...
Profesionales de éste arte, oriundos de diferentes países,
que no solo traen el bagaje de su cultura, si no también están
impregnados del camino andariego que nos toca en el oficio
del teatro de títeres. En ésta puerta mágica que abren los títeres,
donde también existe la puerta de la de la riqueza en lo humano
y sensible, del movimiento titiritero.

Sin duda estoy agradecida de ser parte y testigo de tantas maravillosas puertas
que abren los títeres.
Y confirmo que nuestro amigo brasilero tiene la razón.

Julieta Estevez / Grupo Titeres La Revoltoza



PARA MI ABUELO Y MAESTRO / Lucia Di Mauro

Palabras para mi abuelo
Mi abuelo fue ese tipo feliz, que vivió de lo que amó, y amó como vivió. Y no fue de pedo, ni por suerte. Lo logro por atrevido, audaz, coherente, inquieto, solidario, obsesivo y por una perseverancia nunca antes vista.
- ¿Cómo estas abuelo?
Le preguntaba mientras cuidaba meticulosamente el jardín en donde ahora descansaras…
-Mejor no sirve, me decía.
Hizo lo que quiso y con quienes quiso: compañera, hijos, nietos, bisnietos y amigos, muchos amigos.
Mi abuelo todo lo cuidaba meticulosamente, no solo al jardín: a los libros, las cartas, los títeres, los caños del retablo, los pinceles separados de los corchos, de las lanas. El arte de clasificar y ordenarlo todo. Todo a su tiempo, y a cada paso…
Mi abuelo fue un hombre muy bueno, solidario, cariñoso, gruñón, y por sobre todo divertido… como recuerdo con mis primas, después que la Raquela nos dejaba a punto caramelo para dormir con sus cuentos románticos, el venía con los cuentos chanchos y nos mataba de risa.
Cuando yo era pequeña mi abuelo para mí era un tipo raro: las maestras lo idolatraban más que a Sarmiento, y era titiritero. TI-TI-RI-TE-RO. Extraña profesión, que un alma noble como la de él solo pudo inventar.
Pero con el tiempo lo comprendí y conocí más… pero eso fue cuando lo conocí como maestro…

Palabras para mi maestro…
Me dijo un amigo, sabiamente a propósito de tu partida, que el maestro deja sus huellas en los discípulos y el amigo la marca en el corazón… tu huella es tan grande como lo es ahora mi pena. Yo te debo gran parte de mi felicidad porque también vivo de lo que amo y amo como vivo.
Vos me hiciste tiritera, me enseñaste desde como se hace el papel mache hasta cual es el valor social de nuestro trabajo, y también con vos aprendí a divertirme como loca y a preocuparme por el mundo. Y me enseñaste a contradecirte, y me guiñaste el ojo.
Pero a diferencia tuya (una de tantas) yo soy egoísta. Hubiera querido tenerte conmigo como 100 años mas, y si te hacías chiquitito como Ursula de los Buen Día, mucho mejor, porque te hubiera metido en mi valija y te hubiera llevado con migo para que me sigas señalando el camino. Pero no, vos con el tiempo te fuiste haciendo más grande, y más grande. Gigante. Y los gigantes tienen la gracia de marchar a pasarla bien. Como siempre supiste!!
Seguro andarás en la mejor gira, en la de Chaplín, en la de Javier y en la de tus amigos maravillosos, locos, trasnochados, borrachos y creativos que ya han partido.
Entonces yo me quedo acá, frente al jazmín, y cierro los ojos y me vienen como un abrazo tu mirada picaresca, tu sonrisa tierna, tus sabias palabras, y tu caminar seguro.
Y me quedo tranquila, porque estas en tu jardín, en tus muñecos y en los míos (que muchos son iguales!), en mis recuerdos, en cada titiritero noble, en cada carcajada del publico, en cada presentador ceremonioso, en el humor.
Y también estoy tranquila, porque este mundo tiene tanta suerte, que no solo nos dio un maestro, sino que nos dio dos, otro igualito a vos, que esta en el país mas maravilloso del mundo, haciendo también de este mundo un lugar mejor.
Muchas Gracias.

Te quiero siempre, La Porota.

Lucia Di Mauro / Grupo Piedra Libre


ESTRENO / Fernando Morando

-¿A que hora es?
-Es a las cuatro ¿vas a venir?
-Por supuesto, es el estreno.

Después de tantos años, las cosas no cambiaron mucho, y una vez mas me encuentro en la hermosa, horrorosa , desgastante, alentadora y placentera situación de estreno.
La obra esta, ¿de donde apareció? No lo se. ¿De una imagen, guardada hace muchos años? ¿De un clásico escrito por un clásico? ¿Reunión con amigos, disparadora de mil chistes e imágenes? De las cuales novecientas noventa y nueve ¿son nulas? no lo se. Pero esta, lista para ser mostrada.

Todo esta bajo control, luz y música de sala, la gente esta entrando, solo nos separan una estructura de aluminio y gabardina negra, del otro lado del retablo diversidad de comentarios, si uno agudiza el oído se escuha hasta la expectativa.

Detrás del retablo otro mundo paralelo al de la platea, la fiesta va por dentro.
la concentración los nervios y la alegría tambien.Todos nos miramos nadie habla, quizás una ultima indicación que pone nervioso al que la recibe, alguno trata de repasar el texto de toda la obra en un minuto ¿Me acordare…? , ¿Cuanta gente hay? ,
-¿Con cuatro la hacemos?
- ¡Uy vino mi vieja!
- No espíes que se ve .
El murmullo de la platea disminuye, la luz de sala también, no hay vuelta atrás. Huir siempre para adelante. Se hace oscuro…

El aplauso es inminente. La sensación de alivio es al instante. En ese momento, ¡somos los más lindos de la cuadra!, ¡Somos invencibles! ¡Somos Titiriteros! Nos abrazamos Apoyamos los Títeres y antes de salir a saludar, en una fracción de segundo les agradecemos mentalmente por la función que nos dimos.

El público mas critico, punzante y exigente se nos acerca. ¿Y abuela… te gusto?
-¿Las voces las hacen ustedes?-
- Pensé que eran más…-
-Me encanto la metáfora del sol de color gris
Ahí es el momento en que explicamos que tiene ese color porque no hicimos a tiempo
De pintarlo, y que si vienen para la segunda función va a estar terminado

Se doblan las telas, se guardan los títeres, se sierra la valija…
¡”Señoras y señores…Estrenamos”!


Fernando Morando / Compañia Asociación de Payasos Ingeniero Pavese
(Bs. As Argentina)


TITERES: LA PALABRA QUE ACTUA / Mauricio Kartun

Conocí a Ariel Bufano meses antes de su muerte. Menos de un año. Muy poco tiempo. Menos del que hace falta habitualmente para que las particularidades de alguien a quien uno recién conoce se disuelvan en el todo, ese pegote, que nos proponen las relaciones extensas. Será tal vez por eso que algunas de sus palabras, de sus imágenes, algunos de sus ejemplos, un par de ejercicios que le conocí, han ganado en mi un extraño -altísimo- grado en concentración de sentido. Tan pocos meses no me dieron tiempo a humanizarlo. No tuve tiempo de descubrirle reiteraciones, no le advertí contradicción. No le vi los piolines. Esos conceptos quedaron entonces en mi cabeza con la claridad y el poder iluminador de las cosas míticas. Y también con su carácter intransferible: Puedo contarles algunas cosas que me dijo, que le vi, pero es improbable que a ustedes les pegue en el mismo lugar en que a mí me han pegado.
Pensábamos -por ese entonces- hacer una versión de La rosa de papel de Valle Inclán. Sería una dramaturgia compartida, y él el director, claro. Mi relación con los títeres era reciente: machacaba sobre los libros que Ariel me pasaba: Jurkowsky, Meschke. No podía quebrar -no obstante- una visión esquemática: el espectáculo de guiñol como versión limitada -y limitante- del teatro de actores. No lograba apasionarme con la idea de escribir para esos bichos con los que ni siquiera se podía ir a comer después de la función. Una tarde de diciembre en el bar Azul me contó la imagen que venía amasando para el final de la pieza: esa escena apocalíptica, ese incendio extraordinario que -en su imposibilidad escénica- yo imaginaba resuelto por alguno de los tantos efectos convencionales. "Voy a quemar los títeres" me dijo. "Habrá que escamotear a los reales para incorporar otros mas sencillos que pienso sacrificar cada función." Volví a casa con una inquietud inexplicable. Fui al texto:
"Otro traspiés para llegar a la difunta. Cae una velilla, y en las manos de marfil arde la rosa de papel como una rosa de fuego. Arden las ropas, arde el ataúd. Simeón Julepe, entre las llamas, abrazado al cadáver, grita frenético. Las mujerucas retroceden aspando los brazos. Toda la fragua tiene un reflejo de incendio".
Imaginé esos títeres agitarse en llamas hasta desprenderse hechos cenizas. Las puntas del varillaje en brasas. Escuché los gritos de Simón, y vi el ataúd consumirse extinguiendo la última luz de la escena. Vi la catástrofe sin maquillaje. La muerte sin convención. El fuego sin retórica. Recordé a Von Kleist: "En el teatro, Dios y las marionetas son perfectos." Y entendí.

Así fue que poco después empezaba a enseñar dramaturgia en la Escuela de Titiriteros del teatro. A decir verdad, desde hace mucho tiempo enseño cosas para poder aprenderlas. De mi fracaso escolar juvenil, de mis años de alumno repetidor, capitalicé, cuando pude hacerlo, que lo que se estudia desde el deseo se aprende, y que con la obligación en cambio apenas si se pueden aprobar exámenes. Pocas cosas me encienden tanto el deseo de saber como el tener que enseñar. Pocas me aclaran tanto como el tener que aclararle algo a otro. Y hago entonces un uso mas o menos racional de esa energía: invento nuevos cursos, seminarios, que amplían de a poco el campo de ingerencia original: guión, creación colectiva, creatividad, dramaturgia del actor. De todas las disciplinas saco nuevos elementos que reciclo a su vez en las demás. Pero de ninguna he sacado tanto en esta búsqueda alquímica como de la dramaturgia para títeres, y mas específicamente del teatro de objetos. La fenomenología poética se ve tan clara desde allí, que a veces me agarra el miedo supersticioso a haber llegado finalmente a algún grado de verdad. Basta ver esos objetos sacados de contexto que se iluminan de significado, que destrozan cualquier trama conceptual sobre su propia condición. Que se resignifican hasta el límite. Que se expresan con las metáforas mas reveladoras. Las imágenes mas sorprendentes. Con las metonimias mas limpias. Objetos animados -dotados de ánima: alma- por el poeta-manipulador. Por su mirada. Pienso en el Periférico con sus muñecos siniestros, sus enterratorios; en Genty con sus equipajes misteriosos, sus sogas, sus telas. El discurso se hace tan fluido que parecería no haber fricción alguna entre los recursos de la emisión y la cabeza misma del receptor. Los objetos tienen una entidad poética tal que parece razonable pensar como Marcel Duchamp que "La simple elección de un objeto ya equivale a la creación". Observo -sin ir más lejos- algunos ejercicios de mis alumnos: Una banana seduce a dos tomates con su striptease más lascivo. Tomates machucados. Venidos a menos. Cualquier hombre se identificaría con ellos. Pelean por la mujer. La vieja licuadora de los '60 en la que son detenidos los transforma ante mi vista horrorizada en una papilla sanguinolenta. El aullido de la Duilia se funde con el de Los Redondos. Criminal Mambo.
Un papel higiénico desenrolla su vida monologando vuelta tras vuelta. A su lado su hermano intenta lo propio. Pero no puede. Ha absorbido el agua sucia de lo familiar y ya no logra despegarse de si mismo. Es una masa informe. Queda impotente a mitad de camino. El otro llega melancólicamente al final del tubo de cartón que rueda cadáver.
Una mujer sentada al borde de la cama observa a su marido dormido. Mira su corazón ensangrentado latiéndole en la mano. Convoca su fantasía mas secreta: ese amigo de su padre tocándola en el asiento trasero de aquel Chevrolet. Su deseo irrefrenable y su represión. Apoya el corazón con cuidado en un plato. Con un cuchillo de cocina lo divide encarnizadamente. Pone el plato sobre el piso: ".- Mish...mish..."
Historias que en la dramaturgia tradicional obligarían a un mar de palabras, -las mas, informativas- concentradas en un mínimo manipuleo de objetos. Entiendo por fin a Paul Claudel: "El títere no es un actor que habla, es una palabra que actúa".

Mauricio Kartun





Discurso del metodo Hugo e Ines / Hugo Suarez

Para la creación de nuestros personajes Ines y yo trabajamos individualmente frente a nuestros respectivos espejos y luego confrontamos los títeres que vamos descubriendo en nuestros propios cuerpos. A veces aparecen figuras que no nos gustan pero no las descartamos, simplemente les tomamos una foto y las guardamos. Al recorrer el cuerpo buscando que aparezca un nuevo personaje, siempre hemos tratado de despojarnos de nuestra mente académica, de nuestra primera impresión, aquella que nos dice: “Esto no me gusta, lo descarto”. Hemos aprendido a decir: “Si a primera vista esto me parece descartable, entonces lo voy a revisar de nuevo”.
Aprendimos a no dejarnos llevar por nuestra propia primera impresión y a imaginar que detrás de algunas figuras aparentemente absurdas e insignificantes podrían estar escondidos personajes potencialmente nuevos y trascendentes (a veces por el solo hecho de ser nuevos ya poseen una cierta trascendencia al no haber sido nunca
vistos).
Las cosas nuevas y originales a veces se encuentran en las cosas que descartamos a priori. Cuando algún maestro nos dijo: “La experiencia nos demuestra que esto hay que hacerlo así y no así”, nos dió un decreto que nos hace descartar cosas porque “ya se sabe que son inútiles”. Por ejemplo si a primera vista a mi me parece que un personaje no debería ser tan rápido, entonces nosotros lo hacemos más rápido, si nos parece que otro personaje no debería tener un traje tan brillante, entonces nosotros le abrillantamos más el traje. Oponernos a nuestro primer criterio es algo que
podría convertirse en una pequeña técnica de creatividad. Después de todo “lo nuevo” podría estar en cualquier sitio y tal vez en las cosas que tenemos delante de nuestros ojos pero que no las consideramos.
Por otro lado hay que “ver” las figuras que pueden estar escondidas en algún ángulo olvidado del cuerpo, a veces están tan escondidas que no las vemos absolutamente, pero al ponerles encima una nariz o un par de ojos, las vemos aparecer. A veces no es necesario poner sobre la piel ojos o narices porque las particularidades de algunas partes del cuerpo y la imaginación del público podrían dibujarlas. También por ejemplo un títere corporal sin ojos fijos como por ejemplo “Piedich” (títere hecho con el pie), recrea una máscara
casi neutra que tiene derecho a tener diferentes emociones y es mejor que ponerle ojos fijos.
Cuando Mi esposa Ines Pasic construyó Piedich frente a un espejo en 1989, estuvo decidiendo si ponerle ojos o no durante varias semanas y, al final, concluímos que era mejor que no llevara ojos.
Nuestro esquema de trabajo consiste en inventar primero el personaje y una vez aprobado, se investiga
su vocabulario de movimientos, emociones y sentimientos y se escoge los mas expresivos: por ejemplo
si el títere inventado lo que hace mejor es estar triste y le salen mejor los movimientos lentos, entonces le podríamos inventar una historia de mendigo.
Algunos títeres "traen" su propia historia en base a sus posibilidades expresivas, algunos títeres incluso tienen movimientos muy limitados (en base a la parte del cuerpo utilizada), entonces le escribiremos una historia adecuada esos pocos movimientos. No se desilusionen si a primera vista
notan que el títere inventado carece de plasticidad y aparentemente no tiene libertad de movimientos.
Por ejemplo cuando en 1989 le puse una nariz de payaso a mi rodilla e invente a “Ginocchio”, la primera impresión que tuve fue que la rodilla era como un tronco y que no tenía ninguna posibilidad expresiva, que el rostro de Ginocchio no podía tener ningún gesto y que en síntesis, era un títere totalmente
absurdo y ridículo con pocas posibilidades. Sin embargo, como todas las cosas nuevas y contra todos los pronósticos, Ginocchio se convirtió en un títere brillante y poderoso que cambió e inauguró un
nuevo estilo que tuvo incluso muchos seguidores. A veces, al aparecer una cosa totalmente nueva uno no tiene un punto de referencia donde apoyarse y creo que por eso debemos siempre recordar que detrás de
las cosas que nos parecen absurdas y ridículas e podrían estar escondidas las nuevas creaciones.
En síntesis: construimos un personaje, le estudiamos su expresividad y le adaptamos una historia a sus mejores características gestuales.
Nosotros, al tener como base el arte del mimo, siempre le dimos más importancia a la parte visual en nuestro teatro. Cada títere corporal es un mimo en potencia, no tan versátil como un hombre pero tal
vez más expresivo en determinadas acciones para las cuales estuvo creado. Como en el arte del mimo, cada segundo de expresión es importante y debe expresar algo sin que le falte o le sobre nada.
Mas extraño, ridículo o extravangante (físicamente) sera nuestro titere y mas posibilidades tendremos.Otra característica de este tipo de títeres es que son medios humanos, de carne y hueso y corre sangre
por sus venas...
En escena nosotros siempre tratamos de interactuar, tratando de trasladar nuestra
energía a nuestros títeres con la seguridad que nos la devolverá.
Respecto a las historias normalmente nosotros hacemos números cortos y sin palabras, tratando que cada historia contenga solo una idea simple, paradójica y tal vez humorística y poética. Esto quiere decir
que evitamos en lo posible de contar un cuento con diferentes conceptos, mas bien procuramos conseguir un poema con un solo sentimiento. Tratamos de dirigirnos más al sentimiento y a la emocion del espectador
y menos a su intelecto. En nuestras historias utilizamos los principios del arte del mimo, se trabaja mas la síntesis y el símbolo y menos el diálogo y los conceptos.
En la creación de un número el final podría ser lo más importante y también lo más difícil, por eso aprendimos a construir algunos números comenzando por el final.
Las largas y extenuantes horas de trabajo y experimentacion es lo mas importante y a veces se termina en una relación de amor y odio con el espejo...pero hemos entendido que dentro del espejo se encuentran las almas de nuestros títeres en busca de un lugar en el universo del cuerpo.

Hugo Suarez / Compañia Hugo e Ines



Por los dragones sanadores / Daniel scarpitto

Como no soy un pensador erudito, ni filosofo editado me voy apropiar de las palabras de mi medico que siempre me dice “los titiriteros son sanadores” Que tal!!!
Me revisa, me receta la medicación, me da un nuevo turno pero antes de despedirme me dice esa frase y yo me voy viajando con mi aureola en el ascensor primero y luego en el 29 imaginando y recordando a quien habré sanado en mis años de titiritero… y porqué sigo consultándolo.
Me miro las manos y en ellas está ese recuerdo aunque los títeres se quejen de que los enguante mal, de que (bienvenido sea y lejos de la Gripe A) los haya hecho trabajar demasiado y los deje pasar la noche en un bolso a oscuras.
Pero si soy “un sanador” habrá un “sanado” y pienso en la cantidad de personas que nos vieron trabajar y que seguirán haciéndolo. Sanándose?.
Me gusta la idea de sentirme fundador de espectadores, de esos “sanados” que por vez primera se asoman a este increíble mundo que hemos elegido para expresarnos.
Y me viene al recuerdo mi primera vez…con los títeres…como espectador!!!
Tendría unos 7 años y vivía en Mar del Plata y en esas salidas al teatro nos llevaron a ver una obra con actores. Nunca había entrado a un teatro, me llamo la atención el olor a madera y el sonido de toda la platea hablando al mismo tiempo hasta que se abrió un telón rojo y apareció el “cuentito”, una historia de caballeros y princesas.
Los actores supongo que se esforzarían por contárnoslo pero el bochinche era tremendo y de pronto…de una cuevita a un costado, de cartón pintado apareció él, un dragón cabezón que habría la boca y sacaba unas tiras de telas rojas que nadie dudaba que no fuera fuego real. Y ahí todo cambio, ese títere nos despertó, nos hizo ponernos de su lado, aunque supiéramos que el que tenía que ganar era el muchachito. Gritábamos y pataleábamos alentando a ese títere (nunca había visto uno) a triunfar, a llevarse todo por delante, ese títere nos representaba, nos acompañaba en esa tarde de aventuras y nos hubiésemos ido con él sino fuera que bajó el telón (nadie supo si finalmente el caballero triunfo). Ese títere fue mi fundador, mi sanador. Han pasado muchos años de aquella jornada pero cada vez que la recuerdo algo vibra en mi pecho, como un temblor original, primario.
Cada vez que, como titiriteros, pensamos un nuevo proyecto seguramente buscamos la mejor imagen, los colores más adecuados, las palabras más bellas, el lugar indicado para que siempre sea una fiesta. Siempre deseo despertar, aunque sea en uno solo, ese temblor en el pecho y la alegría de aquel viejo y revolucionario dragón marplatense.
Volviendo a mi médico, me cuenta que viaja mucho y cuando se siente algo bajoneado sale a la calle, busca una plaza o un teatrito sabiendo que la sanación esta cerca si un titiritero esta haciendo su trabajo: sanando, fundando espectadores, sacando fuego por la boca…como el dragón.

Daniel Scarpitto
El Nudo Compañía Teatral
Buenos Aires – Abril 2010



ARTAUD Y LOS TITERES DE GUANTE / Carlos Bastarrechea

El Titiritero, El Demiurgo

“Es decir, el artista, como toda persona de nuestro tiempo debe abordar los problemas que se le plantean a cualquiera de sus semejantes, pero con la diferencia de que él se anticipa y como ser anticipado se le adjudican las características de “agente de cambio”, situación que favorece el desplazamiento sobre él de todos los resentimientos, fracasos, miedos, sentimientos de soledad e incertidumbre se los demás, como si él fuera el portavoz de todo lo subyacente aún no emergido. Automáticamente es elegido como chivo emisario, como perturbador de la paz anterior.”

Enrique Pichón Riviere. El objetivo estético. Ed. Nueva Visión.

En el sistema de ideas de Artaud hay una idea muy fuerte: la de borrar la frontera entre el arte y la vida, y así fusionar los aspectos que originalmente comprendían una única manifestación, que era la vida misma, dándole a las expresiones artísticas un profundo sentido metafísico, en cuanto servía a toda la comunidad y era ejercida por todos como una necesidad primordial, existencial. En este sentido encontramos una propuesta para abordar una producción teatral que parece oportuno rescatar:

“El lenguaje típico del teatro tendrá su centro en la puesta en escena, considerada no como simple grado de refracción de un texto sino como el punto de partida de toda creación teatral. Y en el empleo y el manejo del lenguaje se disolverá la antigua dualidad del autor y director, remplazado por una suerte de creador único, al que incumbirá la doble responsabilidad del espectáculo y la acción.”

Este disolver los límites de los roles apunta en ese sentido, y es aquí donde se encuentra otro aspecto que también aparecen en el mundo de los títeres, sobre todo en las producciones de títeres de guante donde existe en la práctica una concentración de roles, en tanto en muchos casos el titiritero, o los titiriteros se ocupan de la producción integral del espectáculo: interpretación, dirección, realización, iluminación, sonido; así como también del armado, y ejecución del espectáculo, la venta, el cobro, la difusión, entre otras tantas actividades.

Encontramos en numerosos textos sobre la historia de los títeres registros de diversas partes del mundo que dan cuenta de la actividad del titiritero solista: Photeinos, de oficio titiritero, tenia en Grecia un permiso especial para dar representaciones públicas en el teatro de Baco. En el quijote de Cervantes aparece la figura de Maese Pedro, que anda por La Mancha de Aragón enseñando en un retablo la libertad de Milisendra. Nos relata el gran poeta y maestro titiritero Javier Villafañe :

“Cuando Bohemia vivía bajo la dominación de los Hamburgos, un titiritero, Matej Kopecky, se sirvió de los títeres para despertar la conciencia de su pueblo. Hacia representaciones en checo, lengua que apenas conocían los opresores de su patria, episodios de años felices cuando Bohemia era libre y tenia sus reyes”

Encontramos aquí una posible similitud con un aspecto subyacente en el discurso de Artaud que podemos rescatar: por las ideas expuestas en el Prefacio al Teatro y su Doble, su autor esta proponiendo con El Teatro de la Crueldad una herramienta para volver al hombre a si estado ulterior de relaciones con el universo , para curarlo del proceso de banaliación del arte occidental. En cuanto la cultura occidental se ha vuelto hegemónica (por medio de distintos mecanismos, mas o menos perversos, mas o menos sutiles, pero siempre violentando la dignidad del hombre), el rol del artista sería elevar las expresiones artísticas al nivel de liberadoras de fuerzas vitales, y en cuanto esto sirva para curar al hombre y liberarlo de la opresión a la que esta sometido. Transformándose el artista en un adelantado, en agente de cambio.
Y aquí nos remitimos nuevamente a la historia de los títeres y el compromiso profundamente humano de muchos artistas titiriteros por devolverle al hombre su dignidad, de burlarse de los tiranos, y buscar siempre formas creativas para lograrlo.


“Durante el reinado de Luis XIV Polichinela (personaje popular del teatro de títeres francés) se convierte en un símbolo de lucha del pueblo parisiense contra Mazarino. En las ferias de San German y El Puente Nuevo, Polichinela,con la aprobación entusiasta del público, vociferaba, dirigiéndose al Cardenal:

“Yo puedo vanagloriarme sin vanidad, Monseñor Julio por venir del pueblo y ser considerado por él, puesto que le he oído decir tantas veces: vamos a ver a Polichinela, pero nunca le oí decir a nadie: vamos a ver a Mazarino””

Artaud usa para su modelo de artista la imagen del demuirgo, también muy emparentado con la actividad del titiritero como principal creador del mundo que anima. Valiéndose de este estatus los titiriteros de diversas épocas, han usado al teatro de títeres como un ámbito donde poder producir hechos que en la realidad cotidiana no se pueden concretar, (como por ejemplo burlarse de la autoridad), y con esto posibilita la realización en un plano simbólico a la vez que real (en el plano de realidad objetual) de los deseos del pueblo, generando con esto condiciones subjetivas para su realización en el plano de la realidad humana.

“El Teatro de la Crueldad propone en espectáculo de masa; busca en la agitación de masas tremendas, convulsionadas y lanzadas unas contra otras un poco de esa poesía de las fiestas y las multitudes cuando en días hoy demasiado raros el pueblo se vuelca a las calles”.

Reconociendo el interés puesto sobre los títeres, hallamos en el texto de Antonin Artaud, aproximaciones a algunas explicaciones para comprender el origen de la fuerza de los títeres de guante, así como sus características propias en cuanto resulta un lenguaje único, que a lo largo de los tiempos a recorrido todo el globo alegrando a grandes y chicos, preocupando a los poderosos, inquietando a los pueblos oprimidos, y empujándolos a conseguir sus libertades, las libertades para que el hombre tenga garantizada una vida trascendental, sin que lo artístico sea privativo de uno u otro grupo y esté disponible al alcance de las manos de quien lo necesite para liberarse tanto de sus propios fantasmas así como también de sus opresores. De eso se trata este lenguaje, que es un acuerdo entre quien representa vida con un objeto inerte, y quien cree en ese mundo, que es un mundo simbólico, imaginado pero a la vez real, y posible.


Artaud, Antonin. 1932. El Teatro y su Doble. Editorial Hermes. pag. 106
Javier Villafañe. 1944.Conferencia dictada en el Teatro Cervantes en el año 1943. Boletín Nº 20 de estudios de teatro de la dirección Nacional de Cultura.
Otto Freitas. Títeres de Guante.
Artaud, Antonin. 1932. El Teatro y su Doble. Editorial Hermes. Pag. 96

Carlos Bastarrechea / Grupo Tire y Afloje




PRIMERA EDICION / MARZO DEL 2010

PLASTICA Y TITERES / Adriana Sobrero

En una época en que la imágen ha cobrado tanto protagonismo, se me pregunta
¿cual debería ser el papel de la plástica en el teatro de títeres?
Demasiado nos hemos acostumbrado y mas aún en estos tiempos a la tendencia a establecer separaciones. Pareceria ser, que el aprendizaje de multiplicar ha sido lentamente devorado por el de dividir.

Desde mi experiencia, la plástica,( desde donde llegué al teatro de objetos) aparecía continuamente esta separación, y el recorrido de un extremo al otro. Como si para definir solo fuese necesario pararse en un extremo.

Una imágen puede ser bellísima, claro; pero si en esa imágen puesta para el teatro de títeres nada sucede, esa presencia se desvanece. ¿Acaso la plástica en el Teatro de títeres solo debe ser un instrumento, que acompañe a la expresión?, ¿De que hablamos cuando decimos imagen bella?

De nada nos servirán grandes y preciosas construcciones carentes de significado, carentes de poesía, carentes de funcionalidad. Esto ya es sabido.
Tampoco nos servirá poner cualquier material, de cualquier forma, y “Como venga”, o la clásica frase: “bueno, lo pinto de cualquier color…”

La materia también necesita hablar por si misma. Y es importante que abramos el espacio a ese diálogo.

Como bien dice Acuña en su libro “ Aproximaciones al teatro de títeres “ cualquier titiritero mas o menos hábil puede realizar muñecos que muevan los ojos, saquen la lengua, o lanzen bocanadas de humo; pero ¿para qué sirve todo ello si el personaje no lo requiere?......
El verdadero titiritero siempre esta alerta contra la rutina porque sabe que su trabajo será válido si descansa sobre su actitud creadora…”.

El color y la forma, son elementos verdaderamente poderosos, por sus vibraciones sutiles. Usados a favor de lo que queramos decir, lo son aún más.
Por ello, detenerse a investigar desde un abordaje plástico durante el proceso de plasmación del trabajo, profundizar en ese lenguaje, y utilizarlo, no cabe duda enriquece nuestro trabajo, y nos enriquece como seres de esta tierra.

Ser concientes de nuestro trabajo, e ir hacia lo que queremos contar, decir, expresar, es la guia permanente del camino.
Y a veces tambien sumarle a la técnica el entrenamiento del “ver” es de gran ayuda.
Permitirse ver una pintura, animarse a dibujar lo que se nos ocurra, por más miedo que sintamos ante las hojas en blanco, animarnos a realizar el peor boceto que sera en definitiva aquel que más nos ayude, hacerse un rato para mirar las tonalidades de una puesta de sol, o el nacimiento de la luna llena, observar el vuelo de un colibrí, mirar las nubes., dejarse seducir por el color de las hojas en Otoño, observar los rostros en un colectivo, …

Todo hace enriquecer —y vaya còmo— nuestra manera de ver….y por resultante nuestras construcciones y diseños. Nuestro trabajo.

Quizás estemos habituados o tengamos tendencia o necesidad de prescindir,
o establecer divisiones, que a veces son importantes, para diferenciar y establecer especificidades; pero, llegado el momento del hacer, no habrá nada mejor que intentar formar algo nuevo con lo que fugazmente aparece como separado.

Que todas las partes tengan su espacio, que aporten y se enriquezcan, que no haya un solo protagonismo, o simplemente “el todo” sea el protagonista.

Y quizá también sea bueno que ese no sea el único lazo entre la Plástica y el Teatro sino que ese vínculo tenga su paralelo en la práctica entre las personas que trabajamos en ello.

Para la física un haz de luz contiene a todos los colores. Diversos colores tan diferenten entres si, juntos conforman la luz.

Quizas algunas respuestas estén mas cerca de lo que creemos.


Adriana Sobrero
Octubre del 2005.
Grupo Agarrate Catalina



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EL GRAN PREMIO / Miguel Oyarsun



La vanidad es el ego que ha ramificado el alma, el baobad que no se podo a tiempo, el deseo excesivo de ser aclamado, alabado, glorificado para poder mirar desde el podium a los perdedores. Eso es lo que provoca el mentado “premio” en el deporte, en las artes, las ciencias, en la vida.
El premio en los encuentros de títeres o festivales,¿ que se persigue, crecimiento en la profesión? si es así pues a premiar a los jóvenes que se inician, vamos a incentivar a los nuevos titiriteros obsequiando un trofeo de recuerdo no al mejor espectáculo ya que abecés nos encontramos en certámenes que reúnen cinco o más espectáculos “mejores”pero uno es elegido por el gran jurado y el resto queda mirándose con un dejo de insatisfacción, el chiste irónico, provocado por las circunstancias y es normal, luego alguien del publico se acerca te felicita y te dice que tu eres el mejor y peor aun, cuando alguien del jurado te dice que tu eras el ganador, entonces, si no estas bien parado trastabillaran tus palabras, tu credo, la confianza que habíamos adquirido, la espontaneidad, la ternura, la inocencia y todo.
El premio es por el esfuerzo no por el talento, premio para el que se equivoco y perdió sus alas en pleno vuelo, premio por la trayectoria desinteresada, premio a la perseverancia y al tesón.
Este comentario nace de entre bambalinas, del alargue de la cena, somos muchos los que no estamos de acuerdo que en los festivales de titiriteros surga esta competencia que no aporta nada al movimiento, al vernos involucrados en este tipo de competencia atentamos en contra de nosotros mismos, porque los
títeres están alejados de la vanidad y de cualquier “olimpiada artística”.
Todos estamos expuestos a caer en la tentación de acariciar un premio para colgarlo o lucirlo en el living de la casa, contemplarlo recordar aquel momento glorioso cuando fui mejor espectáculo sobre “fulanito” y lejos deje a “menganito” ni siquiera nominado.
La competencia se instala dentro de nosotros, altanera, con una corona alta y pesada que no nos permite cruzar los umbrales más bajos, de donde venimos y crecimos todos.

En esta infinita escalera no solo hay que avanzar sin pensar en una meta, también es menester retroceder, volver a la fuente cuantas veces podamos, fortalecer el crecimiento el entendimiento de este arte popular, cuando quiere serlo, milenario, talvez, mas que nosotros mismos y por sobre todo su génesis, que lo encumbra como el mas enigmático y caudaloso arte, como titiriteros tenemos que protegerlo, alejarlo de la competición sacarlo del camino pantanoso que tiene el mercado, la trampa el sponsor y tantas mas “humanidades”que empañan el cristalino de los que vamos por la vida con este legado.
Los “pergaminos”,refiriéndome a los trofeos de los otros, son piedras de tropiezo para los jóvenes que comienzan su andar, su búsqueda en esta profesión, muchos certámenes en el mundo contratan espectáculos cuyo curriculum esta decorado de pergaminos, rechazando las propuestas de las nuevas tendencia y nos vamos quedando sin titiriteros jóvenes porque no existe una motivación real para esas personas que se adentran, por una iniciativa artística, para vivir con dignidad de este trabajo.

Que Mc Donald premie al mejor empleado del mes, es coherente dentro del mercado explotador, es sutil don Ronal , algo había que cranear para que trabajen mas, pero nosotros sino trabajamos no nos despiden, es verdad, pero no comemos, sino nos esforzamos no subimos al otro peldaño, difícil será concebir una obra que despierte el interés sino hay un trabajo real, pero los buenos trabajos no se evalúan por los premios adquiridos, nosotros somos los encargados de ponerlos en el “podium” alcanzado por la perseverancia, esfuerzo y las ganas de hacer bien las cosas que queremos, y eso no es tan fácil como parece, se requiere de un estudio personal sobre el tema, ser nuestros propios críticos, severos y si hay que “competir”que sean nuestros títeres los que respondan, no para conseguir una medalla de oro, sino para ganar el espacio que se logra trabajando y eso lo va midiendo el tiempo, el que hacer cotidiano de enfrentarse a la venta de nuestra preciada mercancía, porque cuando se vende una función ya sea en una escuela u otro organismo te tienen que volver a llamar y solo tu eres responsable de que eso suceda, e ahí el premio que nos hemos ganado, el que fortalece el espíritu, no la vanidad de pavonearse ser el mejor en un evento en donde todos creemos en lo que hacemos , en donde el espacio esta ganado hace ya muchas lunas y soles, con un jurado, muchas veces, al filo de errar que es humano y comprensible.
El Chonchón ha participado en varios certámenes competitivos, y no nos hace ninguna gracia entrar en el juego, es por eso que ironizamos, con los títeres, sobre el jurado de turno y obviamente que nos marginan por pelmazos, sin respeto y poco serios. Esto lo hacemos durante la representación ya que decirlo a los que organizan queda altanero y más aun cuando son amigos que te contratan con toda la buena intención, preferimos que nos “bochen”de entrada por “ graciositos”.
Hay un premio que no quisimos esquivar y lo tengo en mi casa, el encierra muchas vivencias de aprendizaje en esta profesión y sobre todo que lleva el nombre de una gran amiga que abrió muchos caminos para que El Chonchón recorriera Brasil, eso se suma la amistad con tantos colegas brasileños en esta ocasión con Lelo y Adriana de Belo Horizonte que son los gestores del festival que entrega el premio “Magda Modesto” tesonera titiritera amante de este arte que en un comedor, allá en Fioranapolis, entre titiriteros nos sorprendió con el premio que lleva merecidamente su nombre, quiso el azar que no lo recibiéramos en Velo Horizonte, ya que nos retiramos ante para asistir al festival de Canela y luego Florianópolis, allá nos dijeron otros colegas que aviamos ganado el premio, para mi fue mas emocionante que subir al escenario de un teatro con un publico que muchas veces no termina de entender este “juego”.
Magda,Adriana y Lelo, nos hicieron entrega, Carlos me dijo que era mío por toda la trayectoria recorrida juntos y así El Chonchon acepta el primer trofeo competitivo, sin ganas de volver a vernos involucrados en certámenes de títeres en donde todos ponemos en juego el trabajo que tanto sacrificio y dedicación nos ha costado.
Los títeres no están en “la gran vitrina”ni en las pasarelas, los títeres no compiten, se admiran al ver a otros colegas moviendo sus hilos, corriendo por una meza, proyectando sus sombras, abriendo sus bocas, asomándose por los retablos, sujetos a una varilla dando volteretas, ver sus siluetas, en los dedos,
gigantes, en estandartes, como Marote, Planos, títeres, títeres por todos lados sin correr ninguna maratón para sentirse los mejores, ellos nacen ganadores y para nosotros es un gran premio tenerlos en la Tierra.

Miguel Oyarsun
Grupo El Chonchón


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¿POR QUE ME GUSTAN LOS TITERES? / Salomon Gomez Cordoba

los tìteres me gustan porque son fuertes, ireverentes, tienen un lenguaje directo y han resistido desde esta misma condiciòn a toda clase de dictaduras, incluso a esa infame dictadura que pretenden tener los titiriteros sobre ellos.
los veo desde fuera, desde la barrera y me doy cuenta de que manera han inspirado al tipo que esta oficiando con èl, lo hacen creer que sin su manecita ellos dejaran de existir pero los oficiantes estan equivocados... quiero decir que sino hay titere no hay titiritero, no hay sueño, no hay lenguaje, no hay aventura, todo se queda trunco en un espacio vacio, en un limbo sin retorno. el tìtere y el titiritero son una sola cosa en el acto mismo de la creaciòn, son un movimiento relativo, un dialogo mutuo de sugerencias en el momento de significar, de simbolizar y sobretodo de dar el garrotazo final... el cachiporrazo.
por eso me gustan los titeres, por su irreverencia, porque se han granjeado la licencia para todo, para morir y resucitar sin esperar los tres dìas que esperò lázaro e incluso jesucristo, los titeres pueden bajar a los infiernos y hacer santiguar al mismìsimo diablo, fornican sin prejuicios ni paranoias, me parece que los titeres se han tomado la licencia incluso de putiar a ciertos idiotas que creen hacer un favor econòmico al irlos a ver en su estado demencial bajo el lenguaje luminotècnico del teatro.
creo en los titeres màs allà de la convenciòn del trapo y el cartòn, creo en el titere capaz de hacerle la vida imposible a una sociedad cada vez màs mojigata, michicata, torpe y vendida al gran consumo, me gusta la cachiporra en manos de cristobita, de kasper, polichinela, en fin de heroes que han echo de su realidad escènica algo màs gratificante que la hipocrecia humana.
los titeres me gustan porque de ellos tengo un recuerdo màs grato, un mundo dentro de mì, bastante sensato, creo, màs sensato que el me brinda esta realidad.



Salomon Gomez Cordoba
Grupo Rayuela

2 comentarios:

  1. BUENISIMOS LOS ARTÍCULOS... SON MOVILIZADORES
    FELICITACIONES
    ROXANA D'ABÓRMIDA

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  2. Que más puedo decir!!! gracias, muchisimas gracias, me han ayudado a tomar una importante decisión.

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